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AcordeónDebemos, pero ¿Podemos? A cinco años del 15M

Debemos, pero ¿Podemos? A cinco años del 15M

Algunos de los que nos acercamos a la Puerta del Sol a respirar el ambiente de la conmemoración del 15M entendemos que este movimiento forma ya parte de nuestra historia. Yo tenía 15 años en 2011, cuando la plaza se llenó de gente reivindicativa, alegre y multicolor. La imagen quedó en nuestra retina y nos preguntamos cinco años después si es un movimiento con futuro, si el 15M cumplirá muchos años más. Hay opiniones diversas, pero el movimiento consiguió que buen número de españoles despertara de lo que parecía un largo letargo. Nadie duda de que sirvió para que la sociedad se diera de bruces con la realidad.

 

El 15M nació como un movimiento apartidista en el año 2011. “Los 40 de Sol” fueron los pioneros. Cuarenta personas se quedaron a acampar en la Puerta del Sol la primera noche. Al poco, ese número fue creciendo y la acampada terminó convirtiéndose en una pequeña ciudad dentro de una plaza. En ella, todo el mundo era bienvenido y se hicieron multitud de propuestas, entre ellas la abolición del Plan Bolonia, de la Ley de Extranjería y de la Ley Sinde, el rechazo y la condena a la corrupción, la desvinculación verdadera entre Iglesia y Estado, el derecho a una vivienda digna, la regularización de las condiciones laborales, la recuperación de las empresas públicas privatizadas o la recuperación de la Memoria Histórica. Los tiempos han cambiado tan rápido que en tan solo cinco años han surgido nuevos temas que suscitan vivas controversias: la Ley Mordaza, la reforma de la ILP (Iniciativa Legislativa Popular) y los desahucios encabezan la lista. Esto sin hablar de la tan recurrida corrupción, que, si ya existía antes, ahora está de moda. Puede que en un tiempo salga incluso en las portadas del Vogue, todo está por ver…

 

El bipartidismo PP-PSOE vio en este movimiento el fin de su, hasta ese momento, vitalicio. Una pancarta lo definía muy bien: “Ladran, luego avanzamos”. Muchos creen que el nacimiento del partido político Podemos con Pablo Iglesias a la cabeza fue lo que dio a ese brusco despertar un toque de aire fresco, de esperanza. Gema, manifestante de 45 años, apunta que si no hubiera surgido Podemos el movimiento no habría servido para nada: “El lema no nos representan ya no sirve, no sigue vigente”. Íñigo Errejón, por razones obvias, comparte esta idea: “Las movilizaciones no duran para siempre, así que hay que acompañarlas con instituciones”. Con su gorro republicano y un encanto embriagador, José, de 81 años, se muestra favorable a dicha opinión: “La asamblea vale para un principio, pero si eso no se materializa en un partido, no sirve”.

 

Sin embargo, las opiniones son como las personas: no son iguales, no pueden serlo. Marita, entusiasta partícipe del 15M, recalca que Podemos no les representa e insiste en la diferencia entre lo apolítico y lo apartidista. Ellos se definen como apartidistas: “El 15M nunca ha sido apolítico, todo movimiento hace inevitablemente política. No creo que todo esto fuera algo de hace cinco años, seguimos funcionando y todo lo que se hizo en su día se hizo bien”.

 

Puri, de 61 años, se ha acercado a Sol con motivo de la llegada de la Marea Blanca: “Creo que Pablo Iglesias es un títere y que Podemos se comporta como los niños en un patio de colegio. No creo demasiado en todo esto, no se ha conseguido nada de lo que se propuso”.

 

¿Es esto verdad, ha servido para algo, tiene esta unión un futuro?

 

Sea cual sea la respuesta, lo que sí es verdad es que el 15M ha conseguido recuperar la esperanza perdida en la colectividad, una formada por gente muy diversa, de todas las edades, nacionalidades, mareas verdes y blancas, condiciones sexuales, colectivos, asociaciones, pensamientos e incluso ideologías. Todos con un fin común: acabar con las desigualdades, con los corruptos y con la manipulación de un pueblo que ha sabido decir basta.

 

Está siendo un cumpleaños verdaderamente largo, ya que las actividades se extenderán durante todo el mes de mayo. Sin embargo, se podría decir que el pasado día 15 la celebración llegó a su punto álgido. Unas 10.000 personas caminaron de Cibeles a Sol y otras, bastantes menos, a decir verdad, siguieron el micro abierto por la mañana. Llamaba la atención cómo en esos momentos los únicos jóvenes de la plaza eran unos cuantos periodistas que se habían acercado a hacer su toma. Los de TVE tuvieron que repetirla unas cuatro o cinco veces. El texto parecía ser largo y la periodista no podía hablar durante mucho tiempo. Demasiados condicionantes para que saliera bien a la primera. Algunos, como el equipo de la Sexta, sí se acercaron a los manifestantes. Sin embargo, la mayoría llegaba, hacía su pose frente a la cámara, repetían tomas y se iban.  Y es que el 15M, en sus orígenes, también peleó la actividad de los medios de comunicación bajo el lema “Desde arriba nos mean, los medios dicen que llueve”. El enfado contra los medios ha crecido aún más este 15 de mayo con la emisión desde Sol del programa El Objetivo, de Ana Pastor acompañada de, entre otros, Íñigo Errejón, montando literalmente un plató en el medio de la plaza. Al grito de “¡No de la Sexta, esta plaza es nuestra!” y “¡Televisión, manipulación!”, los manifestantes hicieron que los subtítulos del programa se echaran en falta.

 

Con todo, Podemos (refleje o no el 15M) supo trasladar el impulso que este le concedió y ha sabido situarse dentro del espectro político. Como en todo movimiento, hay altos y bajos, quizás “el de los indignados” se encuentre ahora en sus horas bajas. Puede incluso que la manifestación del domingo 15M suponga un nuevo avance y repercuta en las próximas elecciones de nuestro país. Como decía una pancarta de la manifestación: “Los malos gobiernos dividen los pueblos”. Yo, que tenía 15 años entonces, recuerdo la sensación que viví. El corazón de Madrid comenzaba de nuevo a palpitar: era algo histórico. Eso desde luego ya forma parte de nuestro pasado, veremos si permanece en el futuro.

 

 

 

 

Lucía Anabitarte es estudiante de Periodismo y encargada de las redes sociales de FronteraD.

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