Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoLuis Rentero, creador del Torneo de Linares

Luis Rentero, creador del Torneo de Linares


 

El 22 de diciembre a las tres de la mañana nos dejaba nuestro amigo Luis Rentero Suárez a la edad de 83 años. El óbito fue celebrado en la iglesia de San Francisco a las once de la mañana del día siguiente en la ciudad que tanto amó Linares. Linares fue para Luis Rentero como la Mancha para Cervantes, como Orihuela para Miguel Hernández, como Úbeda para Antonio Muñoz Molina. Nació y murió en la misma ciudad, como Mark Twain que nunca quiso alejarse del Mississippi, pero Linares nunca volverá a ser la misma después de haber tenido a su hijo predilecto.

 

Empezó jugando a fútbol de portero, pero su miopía hacía que los balones entraran con una frecuencia incómoda. A los diez años su padre le enseñó a jugar al ajedrez, y tuvo que dejarlo porque no soportaba perder. A los quince años en la Plaza de toros de Linares tuvo lugar un acontecimiento que marca el futuro de una persona. Un delgadísimo Manolete le plantaba cara a un toro bravo, mientras algunos cordobeses con pañuelos blancos le pitaban porque querían más espectáculo y lo tildaban de cobarde. Manolete se arrimó y atravesó con su espada la dura piel del animal, al mismo tiempo que el toro muriendo le metió una cornada llevándoselo por delante, permaneciendo los dos cuerpos sin vida en un baño de sangre.

 

Con una moto a los diecisiete años se puso a vender embutidos por los pueblos (algunos dicen que era pan). Inquieto como era creó su propia red de distribución. Me lo imagino subido en la moto, cogiendo curvas, llenándose las manos con gasolina, sufriendo pinchazos, y sin parar de hacer planes. Después creó una cadena de supermercados que acabó vendiendo a una multinacional holandesa (algunos dicen que era belga), por 3000 millones de pesetas. Y creó su cadena de hoteles, cuyo epicentro era el Hotel Aníbal en Linares. Siempre Linares. Siempre inquieto.

 

Su mujer Maruja Lechuga tendrá otras anécdotas que formaron al hombre que todos conocemos como Luis Rentero, y las experiencias de sus cinco hijos serán personales y silenciosas, pero si nosotros honramos la memoria de este hombre es por el Torneo de Linares que él creó, y que tuvo 27 ediciones.

 

Nadie le hacía cambiar de idea. En 1995 le hicieron concejal del PSOE porque se lo pidió un amigo, y él accedió, con una particularidad, él nunca seguiría las opiniones del partido y votaría lo que él considerara apropiado. Años después dejó la política.

 

En 2007 consiguió reunir a los siguientes jugadores: Magnus Carlsen, Alexandre Morozevich, Levon Aronian, Piotr Svidler, Vasili Ivanchuk, Veselin Topálov, Peter Leko,… Los mejores jugadores del mundo al empezar el año ponían en sus agendas el torneo de Linares, vencer ahí era entrar en el Olimpo. Gari Kaspárov lo ganó en nueve ocasiones, sería nuestro Zeus particular. Y luego vinieron sus hijos: Vasili Ivanchuk (3), Vladimir Krámnik (3) y Viswanathan Anand (3). Muchos de ellos aprendieron español gracias al torneo de Linares, y algunos se quedaron. Anand vive en Collado Villalba y Topálov en Salamanca.

 

Tengo que hablar de lo que ocurrió en 1989, mientras el muro de Berlín estaba cayendo. Luis Rentero convence a Víctor Korchnoi para que juegue, pero también había contratado como árbitro a Víctor Baturinsky, excoronel del KGB, y que había metido en un campo de concentración al hijo de Korchnoi, quién salió disparado del torneo, negándose a jugar y apuntando que “Baturinsky debía ser apresado, torturado, despedazado y sus restos arrastrados por las calles de Moscú”. Luis Rentero se mantuvo al margen de todo, buscando un suplente de inmediato.

 

En otra ocasión Kárpov estaba agotado, hablamos de 1986, y la Federación Rusa envió un sustituto llamado Serguei Makarichev. Luis Rentero lo miró de arriba a abajo, entró en cólera y lo envió de vuelta a casa. Nunca más se supo de Makarichev, para mí que dejó el ajedrez.

 

Luis Rentero odiaba las tablas, las partidas sin lucha, y provocaba en público y en privado a sus jugadores. Decía “miren los charcos de sangre que hay en el suelo, fruto de las luchas a muerte de mis gladiadores”. Al favorito se le ponía precio a su cabeza y penalizaciones también económicas si hacía demasiadas tablas. Todo el que quería ser alguien en el ajedrez tenía que pasar por Linares.

 

Leontxo García lo denominó “el Wimbledon del ajedrez”. Está Roland Garros, el open USA, y el open de Australia, pero luego está Wimbledon. Tienes que vestir de blanco, sin colores, y jugar en una pista de césped natural. Así se convirtió el Torneo de Ajedrez Ciudad de Linares en un referente mundial.

 

En 2005, Gari Kaspárov tras ganar brillantemente su novena corona, decidió dejar el ajedrez a nivel profesional, y el escenario que eligió fue el Torneo de Linares. En 2010 tras sufrir un aparatoso accidente y estar dos meses en la UCI, se suspendió el Torneo de Linares dado que Don Luis Rentero no tenía la fortaleza necesaria para mantenerlo a flote. Sin embargo, desde 2013 se celebra el campeonato de España de ajedrez en Linares. Una forma de rendirle respeto. Las noches y los días estarán más oscuros en Linares sin Luis Rentero.

 

Pertenezco a un club de ajedrez en Madrid, llamado La Didáctica, y cuando alguien habla de Luis Rentero, todos bajamos la cabeza en señal de agradecimiento. La deuda que los jugadores de ajedrez españoles tenemos con este hombre no tiene precio. Hoy en día, Don Luis, España es el país del mundo que más torneos de ajedrez convoca, y sólo en Tercera hay 118 grupos de diez componentes, 1180 jugadores de ajedrez “dejando un charco de sangre en el suelo como unos gladiadores”, sin contar los de segunda, primera, preferente y división de honor. Y todo esto se lo debemos a usted Don Luis.

 

Gracias, Maestro.

Juan Bohigues

Más del autor

-publicidad-spot_img