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AcordeónAcentosAgricultores dominicanos aprenden a ser empresarios

Agricultores dominicanos aprenden a ser empresarios

 

Muchas mujeres dominicanas del campo tenían pocas oportunidades de vivir de sus tierras y se ganaban la vida limpiando casas en la ciudad.

 

Ahora, algunas de ellas han vuelto al campo para dedicar su tiempo y esfuerzo a sus nuevos negocios.

 

«Sembramos cacao, en un futuro yo puedo vender cacao, y no tengo la necesidad de salir de mi campo para irme a la ciudad si con ese proyecto de cacao garantizo un futuro para mi familia», explica Flor María Brioso, presidenta de su federación de agricultoras.

 

Que Brioso pueda ganarse la vida gracias a su tierra es el resultado de una alianza única entre el sector privado y el Gobierno. Esta nueva asociación comenzó en 2012 cuando se promulgó la Estrategia Nacional de Desarrollo, cuya finalidad es erradicar la pobreza rural antes del 2030.

 

Por medio de un proyecto gubernamental innovador, el sector privado participa activamente en la mitigación de la pobreza. Gracias a un programa de asesoramiento a nivel nacional, las organizaciones de pequeños productores se están convirtiendo en negocios rentables y sostenibles.

 

Utilizando criterios como el nivel de pobreza y la comerciabilidad de los productos, la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) ya ha identificado 70 organizaciones con las que trabajar. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD) de las Naciones Unidas les proporciona apoyo técnico y económico.

 

«Primero se le enseña a evaluar su entorno, luego podemos pasar a un nivel para evaluar los nichos de mercado de sus productos y cuáles son las actividades a través de las cuales se van a hacer las mejoras para poder insertarse en el mercado», explica Emerson Vegazo, director de proyecto.

 

Una vez aprobado el plan de negocio, el grupo recibe los fondos y la capacitación necesarios para ponerlo en marcha y las competencias financieras y de administración. Para la mayoría de las organizaciones de productores ésta es la primera vez que abren una cuenta bancaria y que elaboran un plan de negocio. Hace dos años apenas sobrevivían.

 

El Clúster de Cambita, que cuenta con una nueva planta de envasado, pronto empezará a exportar aguacates a Europa. «Además de cambiar la cultura del productor, los ingresos de los agricultores se han duplicado y el número de miembros de la organización ha aumentado un 40 %. Osmar Benítez, presidente ejecutivo de la JAD, opina que este logro se debe a que son los agricultores quienes fijan sus propios objetivos empresariales e impulsan el proceso. «Yo creo que el hecho de que estas alianzas público privadas faciliten que los agricultores sean los actores de su propio desarrollo eso es único, es especial, porque nadie mejor que ellos para saber a dónde quieren llegar», explica Benítez.

 

Flor Brioso sabe exactamente a dónde quiere llegar. «Que las mujeres campesinas salgamos muchas veces de la pobreza y podamos alcanzar algo: tener su casita, tener su negocio», detalla.

 

Con más de 13.000 familias agricultoras aprendiendo a poner en marcha negocios viables, muchas otras personas como Flor Brioso pueden generar beneficios y la República Dominicana está más cerca de lograr su objetivo de erradicar la pobreza rural por completo.

 

 

 

 

 

 

Producción: Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola

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