águila pescadora

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En Medinaceli encontré un libro de aves, Rapaces. Llegué a Medinaceli porque echaba de menos los laberintos de Tánger, Rabat y Casablanca. En Medinaceli todas las calles dan a una amplia plaza. Leo el libro antes de dormir. Los atardeceres y anocheceres salgo a la carretera con mi bicicleta a buscar rapaces, casi siempre encuentro una volando, no sé cuál es y no sé cómo averiguarlo, tendría que acercarme mucho más y es imposible. El libro no es suficiente.

Las paradas nupciales del águila pescadora se caracterizan por los vuelos exhibitorios del macho en solitario. Se eleva a gran altura dejándose caer en bruscos picados, ofreciendo reiteradamente a la hembra estas subidas y bajadas. También intenta estimularla regalándole algún pez. Posteriormente se posa en el cantil junto a su pareja y gira a su alrededor bailoteando y piando, con las alas abiertas pero no desplegadas del todo, y bajando y subiendo la cabeza.