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Mientras tantoBichejos 2

Bichejos 2


Búho Real

Las laderas de los valles alcarreños a veces se ven interrumpidas por cortados rocosos. Son antiguos estratos calizos modelados por diversas formas de erosión. Las rocas calizas son muy sensibles a la acción disolvente del agua que origina huecos y hendiduras. Estos son aprovechados por todo tipo de animales. Mamíferos que los usarán como madrigueras o aves que los acondicionarán como nidos.

Estrato calizo. Conocido en la comarca como «hilo de piedra»

Un clásico en estos despeñaderos es el Búho Real, la rapaz nocturna mas grande de la península, es conocida también como Gran Duque, supongo que por su aspecto serio y circunspecto o tal vez por su elegante plumaje, o por la suma de ambas.

Búho joven. Ese año perdió la pollada expoliada por zorros

Un concepto muy utilizado por los biólogos que estudian los medios naturales es el de superdepredador, un depredador que puede consumir gran variedad de animales, tanto herbívoros como carnívoros, pero que raramente es depredado por otros. El que puedan alimentarse de muchas presas hace de ellos los grandes reguladores de los ecosistemas y que puedan mantener su buena salud y equilibrio.

Si tuviera que elegir al superdepredador de las alcarrias no dudaría, sería el Búho Real. Captura y come roedores grandes y pequeños, mamíferos pequeños, erizos, pájaros de mediano tamaño, reptiles y escarabajos. Incluso corcinos que pueden superarlo en peso, aunque no en habilidad. Debajo de sus nidos y posaderos se puede leer su diario de alimentación. Los huesos que por su tamaño no puede tragar enteros aparecen limpios en los alrededores, pero cuando el tamaño de las presas es pequeño y al no tener dientes como todas las aves las traga enteras. Para no tener problemas digestivos regurgita las partes no digestibles (pelos, uñas, huesos, plumas, picos) agrupados en estructuras con forma de salchichas llamadas egagrópilas. A los que seguimos las pistas de estos bichejos nos llena de alegría su descubrimiento, el búho puede anidar cerca y podremos observarlo mas tarde si nos acercamos con cuidado.

Egagrópila de búho real. Se observan a simple vista huesecillos, pelos y plumones

Los estudiosos de micromamíferos tienen en las egagrópilas una valiosa prueba de las especies que habitan por allí. Estos pequeños animalillos son muy difíciles de observar pues suelen ser nocturnos y, como tienen muchos enemigos, su vida depende de su invisibilidad. Las rapaces nocturnas, sin saberlo, prestan una ayuda inestimable a los biólogos de campo. Basta con desmenuzar una de ellas para ver, condensada, una estupenda muestra de la microfauna local.

Búho acechando. (Foto tomada en condiciones bajas de luz. ISO 25600)

El talento de los búhos como cazadores viene dado por un buen equipamiento de serie. Sus patas son muy musculosas y tienen unas grandes uñas de manera que en el momento que se cierran sobre sus presas es muy difícil que escapen. En la noche todos los que hemos paseado por un bosque sabemos el mas mínimo ruido suena como un bombazo, el equipamiento de estos bichejos les permite por un lado no ser oídos gracias a unas plumas acolchadas que prácticamente no hacen ruido al ser batidas (hay que tener en cuenta que las alas de un adulto alcanzan cada una casi un metro). Por otro lado, las plumas que forman su cara captan mejor los sonidos que las orejas de mamíferos. Si a esto le sumamos que sus ojos, de un naranja fosforito, tienen una gran cantidad de fotorreceptores tanto del grupo de los bastones que permiten trabajar en condiciones muy bajas de luz, como de los conos responsables de la agudeza visual, podemos decir que la vista de los Búhos reales es excelente. La suma de estas características los convierte en unos habilísimos cazadores nocturnos: no son oídos, oyen a sus presas desde gran distancia y ven en bajas condiciones de luz. Además, siendo unas aves de gran tamaño maniobran entre el follaje asombrosamente. Una vez vi desaparecer entre un denso ramaje a una hembra de búho de forma casi inexplicable.

Búho hembra moviéndose entre la vegetación

Algo que casi todo el mundo conoce es el canto de los búhos, el clásico Uhu-Uhu. Puede escucharse en las noches de otoño e invierno y es el reclamo de los machos para hacerse presentes y declarar sus intenciones, tanto a sus posibles parejas como a otros machos. El otoño pasado durante varias noches registré el canto de al menos dos Búhos reales y un Búho chico coincidiendo con una hermosa luna llena. Parece que la luz lunar, aunque no la necesitan para ver, activa la actividad de estos bichejos.

Luna de búhos

 

Hace unos años tuve la suerte de ver a la caída de una tarde de octubre a dos machos y una hembra volando en un precioso contraluz mostrando sus habilidades. Cuando se extinguió la luz todavía seguían con sus acrobacias y no conseguí ver el final del espectáculo. Alguno de los dos conseguiría ser el afortunado partenaire de la hembra.

Entre los meses de enero y febrero la hembra realiza la puesta. Habitualmente está formada por entre 2 y 4 huevos blancos, puestos con un intervalo de un par de días. Esto va a determinar que el tamaño de los hermanos va a ser muy diferente y va a beneficiar a los mayores. Si el año es rico en presas podrán llegar a volanderos todos, por el contrario, en los años malos algunos hermanos tendrán menos posibilidades de sobrevivir. Si bien parece cruel no es una adaptación rara en la naturaleza, si mueren algunos pollos los otros dispondrán de más alimento y, por tanto, de mayores expectativas de supervivencia. La media de éxito en búhos reales es un poco superior a dos pollos por camada.

Huevos de búho. Cuatro es una buena puesta

No son los búhos buenos constructores de nidos, una pequeña hondonada para que los huevos no se despeñen y despachado el asunto. Ni tan siquiera colocan ramitas o plumas. A cambio la madre empollara los huevos abandonando el nido en raras ocasiones en el mes largo de incubación. Una vez que los pollos rompen el cascarón empiezan a reclamar más y más alimento y los padres se turnan para permanecer en el nido y salir en busca de presas.

Polluelos en sus primeros días. Todavía estaban los cuatro. Tengan la edad que tengan y estén a la distancia que estén, nunca te pierden de vista

Esto es fundamental para la supervivencia de la pollada, pues igual que no son muy finos haciendo nidos tampoco lo son a la hora de elegir el emplazamiento. Los búhos que vi en su vuelo nupcial, tal vez por jóvenes, se instalaron para nidificar en una grieta de fácil acceso y cerca de una colonia de zorros, ni que decir tiene que no pudieron sacar adelante a ningún pollo. En los búhos la experiencia es vital, con el paso de los años eligen mejor los posaderos, el lugar de los nidos y necesitan recorrer trayectos mas cortos para conseguir la suficiente comida. Lo mismo por eso en la mitología griega las rapaces nocturnas se asociaban con la sabiduría y conocimiento, cosas ambas que se incrementan con la edad.

Pollos con mes y medio. Sólo quedaban dos
Se puede ver que uno es algo más grande
Uno de los hermanos con dos meses de edad
El otro hermano. Atento y sin perderte de vista
Con casi dos meses ya le apuntaban los pinceles (conocidos como orejas, aunque no tienen nada que ver con la audición)

 

 

Los polluelos no realizan sus primeros vuelos hasta que no cuentan con unos dos meses de edad, siendo alimentados por sus padres otro mes extra en el que se los puede ver alrededor del nido estirando las alas para dar pequeños vuelos al mismo tiempo que esperan la ceba. Después de este periodo de practicas tuteladas abandonaran definitivamente la compañía de sus padres. Los jóvenes buscaran pareja ese mismo otoño/invierno y parece ser que esta será para toda su vida. Aun así, no renunciaran al ritual de apareamiento cada año, puede que para consolidar sus lazos o para dar a su vida un toque picante

De los cuatro pollos dos llegaron a volanderos. Una muy buena media

Su territorio de caza puede llegar a 200 kilómetros cuadrados, aunque varía en función de la riqueza en presas del territorio y consiste en un conjunto de oteaderos que van alternando y desde los que esperan inmóviles la aparición de las presas, pues a diferencia de las rapaces diurnas, los búhos cazan al acecho. Cuando se lanzan a capturarlas vuelan a escasa distancia del suelo y se escudan en obstáculos que sortean para reducir el tiempo en el que pueden ser descubiertos, lo que, para aves de esa gran envergadura de alas exige una notable habilidad.

La querencia a volar bajo puede explicar la relativamente alta frecuencia de atropellos que sufren estas rapaces. Yo mismo golpee con el parabrisas a un búho de gran tamaño circulando de noche. Creo que pudo salvarse ya que resbaló sobre el cristal delantero y sus plumas acolchadas disminuyeron el impacto. Otra amenaza para esta especie es la captura furtiva para ser usados en cetrería, pues de jóvenes se adaptan bien a la vida en cautividad, lo que choca con lo esquivos que son con nosotros cuando están en el medio natural. El uso de venenos para control de roedores (ratones, topillos) es una forma indirecta en la que el veneno llega a los depredadores de estos bichejos, haciendo estragos sobre todo entre las crías.

Búhos del Henares

En la orilla izquierda del Henares encontramos escarpas, conocidas como terreras, formadas por materiales sedimentados, habitualmente arenas y limos, escasamente compactados. En sus hendeduras y oquedades anidan un buen numero de aves, entre ellas Búhos reales. Conocí este nido cuando ya estaban crecidos los pollos. Como en la orilla derecha proliferan los conejos los inmaduros tuvieron un buen aporte de alimento y tenían un buen tamaño.

Uno de los pollos con su padre. Atentos al fotógrafo.(Foto tomada a unos cincuenta metros del nido)
Búho macho y sus hijos. Los pollos tendrían algo mas de dos meses
El pollo es casi más grande que el padre

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