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Mientras tantoDe mi Diario / Semana 30 / 2015

De mi Diario / Semana 30 / 2015


 

Weiß/Colonia, 19.7.

IBA me manda desde Asturias una foto hermosa de un hórreo detrás del cual se encuentra su casa, y me cuenta: «Ricardo: creo haberte dicho alguna vez que aquí se desarrolló una de las batallas más duras de la guerra civil. Ves en la foto una loma y otra que no se ve; está llena de trincheras. Requetés, moros de Alhucemas, el ejército regular franquista, etc, arrollaron a los milicianos republicanos tras 17 días de combate; la Legión Condor les hacía estragos. ¿Sabías que fueron los moros los primeros en entrar en Covadonga? Pelayo los echó y Franco los trajo. Conocí en Sevilla al primer cura capellán del ejército franquista que entró en Covadonga. Tenía una «amiga» en su casa; oficialmente era su sobrina. Cosas de la vida». Lo copio sin comentarios porque hay cosas (de la vida) que se comentan por sí solas.

 

Durante la cena Diny no deja de hablar de Béa, está como en trance. Quiere a toda costa llamar a Wolf y platicar con él acerca de si necesita ayuda, de si habría que invitar a venir al entierro a los amigos de Nicaragua, en especial a María Cecilia y Fernando, Diny quiere contribuir a los gastos del viaje, está desolada, Béa era una de las amigas más cercanas a su corazón y, además, no vacila en decirlo, «Es una muerte que me duele más que todas las demás anteriores», tal vez por lo inesperado, por lo sorpresivo, pero su frase delinea claramente el dolor que está pasando.

 

11:25 pm : Segundo episodio de la serie policial galesa. Es muy, muy buena. Y todavía casi no sabemos nada de la protohistoria del DCI Mathias, de manera que la cosa promete. Pero es que, además, en este episodio, al hacer su aparición los campos de internamiento para prisioneros alemanes e italianos, en Gales, la serie ganó una dimensión histórica imprevisible. Creo que salvo quienes estuvieran en la pomada, nadie asociaría Gales con tales metástasis. Y ah, sí, como los títulos de créditos son bilingües, esta vez me he fijado en cómo se dice “Guionista” en galés, y la palabra es “Audur”. Sin ser lingüista, adivino tras ella un préstamo del latín, de “Autor”. La pregunta que me planteo es si los idiomas también plagian. ¡¿También ellos?! Quelle horreur!


Weiß/Colonia, 20.7.

Insisto en una anotación de la semana pasada, la ola de calor incide en la prensa. Hoy aparece la crónica del corresponsal en Londres con el escándalo de la peli en Super 8 mm donde se puede ver, alrededor de 1934, a la duquesa de York, Isabel, y a su hija mayor y tocaya, hoy reina de Inglaterra, entonces de siete u ocho años de edad, ambas haciendo el saludo romano brazo en alto para darle gusto al Príncipe de Gales, luego Eduardo VIII, quien sentía simpatía por los nazis. El Príncipe está detrás agachado, como sosteniendo a Margarita, la hermana de la actual reina. Y la escena, según el corresponsal, tiene que haberla filmado el cinéfilo «padre de las dos Isabeles». O sea, que el futuro Jorge VI resulta ser no sólo el padre de Isabel II ¡¡sino además el de su propia esposa!! Realmente la Casa de Windsor es un vivero de excéntricos.

[Helena, desde Hamburgo, me corrige porque en el texto alemán dice «der bekanntermaßen Film–begeisterte Mann und Vater der beiden Elizabeths», lo cual, traducido literalmente, sería «el como es sabido cinéfilo esposo y padre de ambas Isabeles», y yo separé la frase en dos, subsumiendo Mann (=hombre) en la palabra “cinéfilo” sin darme cuenta de que el corresponsal usa Mann en el sentido de esposo, marido pero… pero le digo a Helena que casi es peor, porque a falta de un “respectivamente” la frase también puede leerse como que don Jorge era ¡¡esposo y padre de las dos!! En fin, lo dicho, la ola de calor… y esos Windsors incorregibles…]

 

Mi hermosa maragatita subió a su cuenta Twitter un tuit traducido por mí y que le regalé:


8:15 pm pasan por ZDF Neo otro episodio de la serie policial inglesa con la DCI Vera Stanhope, con una de mis actrices predilectas, Brenda Blethyn. Me parece que olvidé anotarlo los lunes pasados, siendo como es una serie que sigo sin desmayo. No sólo por BB sino por la serie misma. ¿Serán las novelas de Ann Cleeves tan buenas como sus adaptaciones a la tele? Su saga de las islas Shetland, con el detective Jimmy Pérez sí era de lo mejorcito, pero tengo la impresión de que la saga de Northumberland, con Vera Stanhope, es más telegénica que aquella otra, y si además cuentas con el carisma de BB, subproducto de la libación de las abejas encima del diminutivo cariñoso y/o despectivo de una parte del árbol, u séase, miel sobre hojuelas.

 

Le escribo a Luis, que me ha pedido un artículo de 12.000 espacios sobre Böll y que le prometí entregar este viernes: «Estoy ya metido en el borrador, veremos qué sale de ello. Ojalá te guste, y si no, a la papelera, de sobra sabes que conmigo no tienes ningún compromiso. Te digo esto porque desde el sábado estamos en un estado de down total, a causa de la muerte de una de nuestras más queridas amigas, y la muerte ha sido tan inesperada y en tales circunstancias que hasta los médicos de la clínica donde la operaron han aceptado que se le haga la autopsia. Diny anda como zombie, y la noche de ayer, cenando, me dijo que era la muerte que más sentía desde la de mi padre, en 1978, y entretanto se le han muerto sus padres y su hermana menor. Sólo para que te hagas una idea. Yo, por mi parte, también ando medio zombie, cagándome en Dios para mantenerme vivo, y en la pura perplejidad de cómo es posible que se nos haya muerto nuestra querida Béa. Pero mi terapia es trabajar, no me queda otra».

 

No habrá entierro ni funerales de Béa. Nada. Me lo escribe María, que Wolf le dijo que la van a incinerar, pero en el más estricto círculo familiar, y repartirán las cenizas entre la tumba de su madre, el nogal del jardín de su casa, su sendero de excursión preferido en los Alpes suizos y el Egeo. Y que tal vez en septiembre organicen un encuentro de los amigos para recordar a nuestra Béa imposible de olvidar. Pienso que Wolf, Nicolás y David tienen razón, aunque nos duela no compartir la despedida. Hay dolores que sólo pueden sobrepasarse a solas, son aquellos que dejan unos golpes tan fuertes como este, «como del odio de Dios», ese hijo de la gran puta.

 

Weiß/Colonia, 21.7.

1:05 am : Hacía años, años, que no veía Fresas silvestres (¿quién habrá sido el cretino analfabeta que tradujo como Fresas salvajes el título de esta peli?), y me siento extasiado una y otra vez, es decir, me siento desarmado frente a la dirección de Ingmar Bergman, la actuación del reparto encabezado por un prodigioso Victor Sjöström –el gran rival de Bergman como director de cine y teatro en Suecia– ¡y esa cámara de Gunnar Fischer que hace olvidar la de Sven Nykvist, como si Bergman no hubiese tenido nada más que un solo camarógrafo en su carrera!

 

Vamos a comer al italiano de la orilla del Rhin, esta vez con Diny, y almorzamos en la terraza de afuera pero bajo el toldo. La comida tarda una hora en llegar, algo que casi preví cuando Diny encargó hígado a la veneciana, porque acá lo que la clientela encarga son pizzas, espaguetis y ensaladas. De todas manera estuvimos muy entretenidos con una araña que trepaba por el marco del ventanal a mi izquierda, y con una avispa empeñada en hacernos compañía. Carlitos cuenta que hace unos días, en la terracita de su piso, Ulli descubrió a una avispa derrumbada exhausta por la canícula, fue a la cocina, mojó la punta de un palillo escarbadientes en el frasco de miel y de regreso a la terracita la acercó a la avispa, que se agarró a ella y empezó a devorar la miel con ansia y renovados deseos de vivir. Luego, Carlitos y Diny se enfrascaron en una discusión sobre la situación actual y yo les dejé hablar todo el tiempo, a veces sin oírlos, embebido la vista en la contemplación del río padre y su majestuosa grandeza. Al Padre Rhin ¿qué carajo le importan la canciller y los griegos?, él va a seguir fluyendo en honor a Heráclito, y ya.

 

Degustando la prosa de Harry Rowohlt traductor de Ken Bruen, acabo de comenzar el cuarto episodio de la saga de Jack Taylor. Se me ocurre que si la prosa de Ken Bruen le hace honor a semejante traducción debe ser una delicia leerla para quienes dominen el inglés. No que sea este un caso semejante a Las minas del rey Salomón, una novela más bien medianita en el original inglés, y un clásico de la literatura portuguesa en la genial traducción de Eça de Queiroz.

 

Weiß/Colonia, 22.7.

Deseché el borrador del artículo sobre Böll que tenía más o menos pergeñado para atender la petición de Luis, porque de últimas me decidí por un texto que a lo mejor parecerá muy pro domo, ya que hablo en él de cómo se fraguó la publicación de Don Enrique, mi antología de su obra, que es además la única integral que existe en castellano. Pero es que creo que La Jornada Semanal tiene que tener entre sus lectores, a la fuerza, algunos editores, y a lo mejor mi artículo es una llamada de atención a ellos para que se animen a dar a conocer por fin la obra de Böll en Latinoamérica aprovechando el centenario de su nacimiento, que será en el 2017. Estas cosas hay que planearlas siempre con mucha antelación, porque si no al final se echa mano a la dizque capacidad de improvisación que tenemos los latinos y lo que resulta es una chapuza. Mierda.

 

Weiß/Colonia, 23.7.

Me trae el cartero la nueva novela de Bernardo, Santos, asesino en serie, y dentro de ella una carta suya que no tiene desperdicio: «Esta es la historia de Santos, un tipo normal y corriente a quien la crisis le coge de improviso y le parte por la mitad, como a tantos. Es también la historia de este tiempo que vivimos, pues creo firmemente que el novelista debe narrar, contar, su tiempo, no andar fantaseando historias estúpidas como las que ahoran demandan las editoriales, de zombis, vampiros y sexo mal entendido. [] No paran de decirme que cómo es que no me publica una editorial importante, y yo siempre contesto lo mismo, que hay una confabulación internacional contra mi persona. Puede que quienes me leen (los amigos y poco más, pero tengo muchos amigos) no lo entiendan, pero yo sí, las editoriales y los agentes literarios se afanan en buscar cosas mediocres que tengan mucho alcance, luego no se pueden parar en obras bien confeccionadas, entretenidas y dichosas. Ellos a lo suyo, quieren un inicio sorprendente, con una violación, un degüello –ahora tan de moda– o un rayo purificador al principio, y un final tonto. En medio de todo eso melindres y carantoñas cruzadas de mucho sexo explícito. Ya está. Con eso y con un autor que salga en la pantalla de un televisor tienen el éxito asegurado, ¿para qué buscar gente que sepa escribir y que tenga cosas que contar?, ¿para qué un notario de su tiempo?, sí hombre, encima van a buscar testigos. Hasta ahí podríamos llegar. Pues si no les interesan novelas como esta que te remito, que les den mucho por el culo». Le contesto: «Tienes muchísima razón en lo que me dices: las grandes editoriales están publicando bazofia. Pero eso quiere decir, sensu contrario, que tendrías que sentirte feliz de que no te homologuen con lo que publican».

 

Weiß/Colonia, 24.7.

1:45 am : Me jalé la novela de Bernardo de una sola tirada. La empecé a leer a las 5:30 pm, una vez terminada la nueva etapa alpina del Tour de France, y con las pausas naturales para cenar y para escanciar mis whiskies nocturnos, la leí sin soluciones de continuidad. Pudo haber habido una, a las 11:00, con una peli que desconocía y sobre el papel parecía prometedora, pero después de soportar sus primeros 10’ minutos decidí regresar a lo que me resultaba más rentable, esta novela que yo (también para mí) hubiese titulado Ripley se clonó en Troglodia.

[Es curiosa, pienso, mi relación conflictiva con los títulos de ciertos libros. Cuando Canicio estaba traduciendo Fürsorgliche Belagerung, de Böll, con el título Asedio preventivo, yo, que ya conocía la novela en el original, le propuse titularla en castellano Para protegerte mejor, porque al protagonista le pasa lo que a Caperucita, que el lobo se le mete en casa; y lo de Fürsorgliche Belagerung en alemán es perfecto, pero yo no veo a muchos lectores hispanoamericanos que se encandilen con eso de Asedio preventivo. Años después, Alberto Salcedo me pidió un título para una colección de crónicas suyas y, muy cervantino, le propuse El establo de las maravillas, que le gustó mucho pero la editorial optó por La eterna parranda. Y como no hay dos sin tres, cuando conté con el honor de la confianza de mi deuda estherna para poder leer el manuscrito de su primera novela, Berlín es un cuento lo cierto es que yo, borgiano a carta cabal, le sugerí que la rotulase Berlín se me hizo cuento, pero ella prefirió su título. Resumiendo: soy un fracaso como titulador de libros. Me voy a llorar mi dolor a las apartadas orillas del lago, como se leía en las novelas románticas del siglo XIX].

 

¡Qué falta de vergüenza torera la de Nibali en la etapa de hoy, atacar en el momento en que se da cuenta de que Froome tiene un problema mecánico y descabalga de su bici! Debería haber en el palmarés del Tour un premio negativo, una sanción, a la falta de fair play

 

Weiß/Colonia, 25.7.

Al Alpe d’Huez lo llamaban en los años 70 a 90 “la montaña holandesa”, y es porque fueron los Zoetemelk, Kuiper, Winnen, Rooks y Theunisse quienes ganaron 8 de las 12 escaladas que hubo entre 1976 y 1989. Hoy, en la transmisión por el canal Eurosport pasaron un flash del reportaje de una cadena de TV colombiana durante la escalada épica de Lucho Herrera en 1984, que fue la primera vez que un ciclista todavía amateur ganó una etapa del Tour, ¡y qué etapa!, dejando atrás nada menos que a Hinault y Fignon. Mi favorito de este año, Nairo Quintana, estuvo casi a punto de igualar la hazaña. Pero de lo que no me cabe la menor duda es de que este es el último año que llegará a París en el segundo puesto de la general; el año que viene, el Tour será suyo.

 

Me escribe mi deuda estherna, desde la provincia [léase Berlín], anunciándome que el próximo jueves dará allá en la librería La Rayuela una lectura bilingüe de su último libro, Microcósmicas, al alimón con su hija y traductora, Ana Laura Raquel; y me incluye el volante del anuncio, en el cual aprovecha la publicación del trino que le propuse a Luis para incluir en su cuenta Twitter:

 

Esther no se da cuenta, pero es por estas cosas que su deuda conmigo sigue creciendo como la espuma. Al final se va a convertir en mi Grecia.

 

************FIN************


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