En un divertido y despreocupado artículo de El País, Noelia Ramírez ponía el acento sobre un tuits que logró acumular más de 2.000 likes en poco tiempo. El argumento del famoso comentario en sustancia tenía que ver con el beso, y dictaba más o menos eso: “Haced lo que queráis con la mascarilla, pero lo de dar besos a hombres desconocidos se acabó”. El 18 de junio el Gobierno español anunciaba que, a partir del 26, el uso de mascarillas dejaba de ser obligatorio en el espacio exterior, y fue entonces que hordas de jóvenes españoles en las redes sociales dieron comienzo a un vigoroso debate acerca del beso en espacios exteriores. A raíz de la vehemencia de los comentarios resultó que el beso entre desconocidos, tan habitual en tierra ibérica, iba a ser dejado a un lado. Aún no hemos entendido si por puras razones sanitarias o más bien como exaltación de lo que se podría considerar una suerte de privilegio antropológico y social. De todos modos, malas noticias para los aficionados al beso ocasional. Pero si ustedes se encuentran entre los que echan de menos la rebeldía gitana tienen la posibilidad, hasta nuevo aviso, de vivir intensamente uno de los besos más famosos de la historia del arte. En una exposición inmersiva, el Ateneo Mercantil de Valencia ofrece un recorrido visual del mundo de Klimt, gracias a la representación de imágenes en movimiento a gran escala de sus obras acompañadas por piezas musicales. Sofía Chialobotti.
Dónde: Ateneo Mercantil, Valencia, España
Cuándo: Hasta el 25 de septiembre