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Mientras tantoGabinete de curiosidades léxicas

Gabinete de curiosidades léxicas


Las palabras fueron mi juguete favorito cuando era niño y tengo que confesar que nunca dejaron de serlo y, a estas alturas del partido, tengo para mí que nunca van a abandonarme ni permitir que me aburra. Nunca se puso el sol sin que hubiese aprendido una palabra nueva, o sin haber soplado sobre la ascua de una de esas palabras adormecidas en algún palacio de la memoria, palabras de mi tribu, arcaísmos de nuestra lengua, vocablos de las lenguas que fui aprendiendo y olvidando. Cuando menos se espera, eureka, de la oscuridad del olvido o de la ignorancia un vocablo sale a luz de la conciencia.

Con las palabras y mediante las palabras he construido mi castillo interior y mi morada vital. Con palabras he conformado mi visión de la vida y ellas han sido simultáneamente cartas de navegación y cuaderno de bitácora. Con ellas llené decenas de cuadernos de notas que luego fueron el embrión de los pecios lexicográficos y las breves historias de palabras que conforman este Gabinete de curiosidades léxicas que ahora pongo a disposición del lector. Invocando todo mi amor por la historia, la arqueología, la literatura, la filología y la etimología —los orígenes—, fui escribiendo este herbolario de fragmentos maravillados, llenos de pasión, de alegría y de curiosidad intactas, las fuerzas motrices de mi vida.

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