Hablemos de la depresión

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El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, que conmemora el nacimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948 y este año el tema elegido es la depresión, bajo el lema “Hablemos de ello” (Let´s Talk en inglés)Esta patología afectó en 2015 a 322 millones de personas en todo el mundo, lo que supone un aumento de más del 18 por ciento en la última década y sitúa a esta enfermedad como la principal causa de discapacidad. 

El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, que conmemora el nacimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948 y este año el tema elegido es la depresión, bajo el lema “Hablemos de ello” (Let´s Talk en inglés). Esta patología afectó en 2015 a 322 millones de personas en todo el mundo, lo que supone un aumento de más del 18 por ciento en la última década y sitúa a esta enfermedad como la principal causa de discapacidad. 

 

Aunque se desconocen las razones, la depresión es más prevalente entre las mujeres (afecta al 5,1 por ciento de la población femenina) que en los hombres (3,3 por ciento).

 

Según datos de la OMS, menos de la mitad de las personas con depresión reciben un tratamiento adecuado y en muchos países ni siquiera llega al diez por ciento de los pacientes. Los problemas a la hora de diagnosticar la enfermedad por la falta de recursos (en los países ricos un 3 por ciento del presupuesto sanitario se dedica a salud mental, pero en los países en vías de desarrollo se queda en un uno por ciento), la escasez de profesionales formados o el estigma que llevan asociados todos los trastornos psiquiátricos obstaculizan aún más la atención a estos pacientes.

 

En términos económicos, el absentismo laboral, la caída en la productividad o los problemas de salud asociados a la depresión conllevan un coste anual de un billón de dólares. Como indica la propia OMS cada dólar destinado a mejorar el acceso de los pacientes al tratamiento puede suponer recuperar esa inversión multiplicada por cuatro en términos de mejoras en la salud y la productividad de la población. 

 

Shekhar Saxena, jefe del departamento de Salud Mental y Abuso de sustancias de la OMS, señala que “la detección y tratamiento precoces de la depresión son medios muy efectivos de reducir las muertes por suicidio”, ya que de entre el 70 y el 80 por ciento de las personas que se suicidan en los países desarrollados (y el 50 por ciento en los países en desarrollo) sufren enfermedades mentales, de las cuales la depresión es la más frecuente. 

 

Empiezan a surgir iniciativas que apuestan por sacar a la luz la depresión y mostrar que es una patología que puede afectar a cuaquiera, como la campaña británica Heads Together, en la que participan ocho ONG´s relacionadas con la Salud Mental y numerosas personalidades de todos los ámbitos: política, música, deportes e incluso la Casa Real. Muchos de ellos cuentan sus propias experiencias con la enfermedad, lo que puede contribuir a acabar con el estigma que dificulta que muchos enfermos busquen ayuda. Para normalizar la visión de la depresión (y del resto de trastornos mentales) es esencial el trabajo conjunto de las instituciones, los medios de comunicación, las empresas y la población en general. 

 

Más allá de la labor divulgativa, es necesario mejorar la formación de los profesionales sanitarios que atienden a personas con depresión, fundamentalmente en Atención Primaria en cuyas consultas pueden detectar síntomas y derivarlos a las consultas psiquiátricas y/o psicológicas. Por supuesto, eso requiere aumentar los recursos, tanto humanos como económicos, porque no se trata de darle una pastilla al paciente sino de un tratamiento global que incluya psicoterapia y si es necesario medicación.