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Mientras tantoLa no ficción eres tú

La no ficción eres tú [Una reflexión sobre El pagaré, de Francis Scott Fitzgerald]

Sestear absorto y pálido   el blog de Jose de Montfort

 

 

“La hierba crece”. Este es el título que se le ocurre para un relato al personaje de «La tarde de un escritor», de Francis Scott Fitzgerald (él mismo narrador del relato) paseando por el campo de fútbol de la universidad al ver a unos hombres que pasaban un rodillo por el césped. Se imagina el cuento así: ”La historia de un hombre que cuida un césped durante años y lleva a su hijo a la universidad, y al final este acaba jugando en el equipo de fútbol. Luego el hijo muere joven y el hombre va a trabajar al cementerio y coloca césped sobre su hijo en lugar de bajo sus pies”. Y añade, convencido: “sería uno de esos relatos que acaban formando parte de las antologías».

El relato se publicó en agosto de 1936, en Esquire. Poco antes de que el periodista holandés Michel Mok publicará en el New York Post, el 25 de diciembre de 1936, una entrevista que le hubo de realizar a Fitzgerald en el Grove Park Inn, un histórico hotel de las Blue Ridge, en Ashville, Carolina del Norte, y que sirve de escenario para “La tarde de un escritor”. Fitzgerald se había marchado allí para estar cerca de su mujer, Zelda, que estaba internada en el Hospital Highland de la misma ciudad.

En la entrevista de Mok, Scottie aparece destrozado, consciente de su juventud y talento perdidos (y desperdiciados), preso de una serie interminable de dramas (auto)perpetrados, sin inspiración ni fuerzas para levantarse de su hundimiento (ilusión que sí aparece en el relato publicado en el mes de agosto en Esquire). Crisis nerviosas, alcoholismo severo. Una parodia de sí mismo. Moriría en 1940, de un ataque al corazón. Se ha tener en cuenta que la entrevista de Mok, aunque saliese publicada en diciembre, se realizó en el mes de septiembre; así que todavía en la ficción veíamos a un Fitzgerald que quería no engañarse a sí mismo, pero sí a los demás. En tanto que en la entrevista de Mok, siendo la mirada de otro, ajena y objetiva, la realidad se nos vuelve cristalina. Pobre. Paupérrima.

Y es interesante volver a 1920, momento de su juventud que Fitzgerald echaba de menos. Ese momento en el que el autor tenía 24 años y estaba radiante de plenitud y esperanza. Es el año en el que escribe “El pagaré”, relato que permaneció inédito por mucho tiempo hasta que en el 2017 The New Yorker lo descubrió y publicó y que ahora aparece en castellano bajo el sello Nórdica Libros, en traducción de Blanca Gago. Se supone que Fitzgerald lo había escrito pensando en mandárselo a Harper´s Bazaar, pero éste envío nunca se produjo.

Se trata de una humorada, un relato hilarante e hiperbólico, que habla de la fama. De la ética. También de la verdad. Y de las identidades. El narrador es un editor que firma con el nombre de otro. Y nos cuenta la historia de un libro que contrató seis meses atrás y del cual acaba de lanzar al mercado trescientos mil ejemplares. Lo ha escrito un investigador de fenómenos paranormales llamado doctor Harden y en él habla de “la comunicación psíquica experimentada con su sobrino, Cosgrove Harden, a través de varios médiums”.  En principio, el sobrino habría muerto en la guerra. Pero no. Pronto, en un viaje que emprende el editor a la casa del gran autor en aras de tratar de asegurarse un nuevo contrato para los próximos cinco años, se hace evidente que el sobrino no había muerto, que está vivito y coleando y que todo el libro no es más que una patraña. A partir de aquí la sátira va adquiriendo algunos pasajes de sal gruesa hasta terminar en un estruendoso escándalo, que le sirve a Fitzgerald para hacer befa del sector editorial. El relato concluye con una final reflexión cínica sobre el oficio de la edición, al modo del epílogo. Pero lo que más nos importa aquí es cómo el editor se justifica ante el sobrino de Harden sobre el libro escrito por su tío y sus «mentiras». Al decir que “la no ficción es una forma literaria situada entre la ficción y los hechos”. Ese punto intermedio en el que vivió, o malvivió, más bien, la última parte de su vida Francis Scott Fitzgerald.

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