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BrújulaLa reveladora máscara de Maruja Mallo

La reveladora máscara de Maruja Mallo

“La generación del 27 no estaba formada solo por poetas. También había músicos, arquitectos y pintores. Maruja Mallo, sin duda, era la más dotada parea captar el espíritu de los tiempos. Pese a la bohemia con que vivía y todos los disparates con que adornaba su vida, la obra de Maruja Mallo es de una personalidad y consistencia extraordinaria. Tenía enamorados a toda aquella tropa de poetas, pero fue Alberti quien se la llevó al río, en este caso al río Manzanares, donde ella le lavaba los calzoncillos. Y también los de Miguel Hernández”. Así lo contaba recientemente Manuel Vicent en el diario El País, que recordaba así a esta arista y a quien le preguntó un día si creía en Dios: “¿Que si creo en Dios? Pero cómo voy a creer en Dios, si con estas prisas mortíferas de hoy en día no hay tiempo para nada. A mí el que me gusta es Moisés del Antiguo Testamento, un tipo musculoso y revolucionario que escribió él solo el Pentateuco y cruzó a nado el mar Rojo”. El Centro Botín (con vistas al mismo mar que le vio nacer, aunque algo más al oeste, en concreto en Viveiro, antípoda exacta de la ciudad neozelandesa de Christchurch, en 1902. Murió en Madrid en 1995) le dedica una reveladora restrospectiva (Maruja Mallo. Máscara y compás), que da cuenta de su inagotable e inspirador legado artístico. Como celebraba Guillermo Busutil en el suplemento cultural de La Vanguardia, “Una revolución de mujer y del arte. Toda su vanguardia entre 1924 y 1980 en la fantástica retrospectiva, comisariada por Patricia Molins y coproducida con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, comprometida a mostrar el sexto sentido de su arte para conve.rtir en maravilloso lo cotidiano y formular su idealismo platónico”

 

Dónde: Centro Botín, Santander, España

Cuándo: Hasta el 14 de septiembre. A partir del 8 de octubre, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

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