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Mientras tantoLos augures

Los augures

El dueño pálido de la tabaquería   el blog de Ernesto Pérez Zúñiga

 

 

Veían claramente cómo iba a ser el país que venían ansiando desde lejos,

el país vuelve a nosotros decían, como magos,

y ahora querían también la zona del Sur,

por fin, decían clarividentes,

el Sur va a volver a nosotros como antaño,

antes de antes de antes,

cuando los augures mandábamos porque

todo lo teníamos,

todo,

y así es fácil ser clarividente,

se jactaban.

 

Ahora otra vez el Sur va a ser nuestro

y no de ese amasijo de gandules que tomaron el poder con las primeras votaciones,

rojos, verdes,

«el poder es del pueblo»,

verdirrojos, y una franja blanca,

veían los augures estos colores con tormento

salvo un rayo de placer: el fajín de Queipo en el pecho de la Macarena,

extasiados,

¡ah!.

 

Y, sin embargo, porque los augures ha vuelto a equivocarse,

ahora maldicen la tierra que tanto deseaban: 

son vagos, dicen, son un espantoso atraso, un tercer o cuarto mundo insertado en éste,

donde sí mandamos,

como hicimos ya en esa tierra del Sur cuando los tiempos eran como Dios manda, también,

porque Dios es solamente nuestro,

y no de esos ciudadanos cerriles con derecho a voto,

habráse visto, han votado

otra vez,

por eso son rematadamente tontos y ciegos,

a esos andaluces habría que quitarles del país

o mejor quitárselo,

no vaya a ocurrírseles volver a decidir su Democracia,

se equivocan,

la Democracia nos pertenece, 

también,

y no a esa gentuza que va a a las urnas con libertad:

atrasados, enajenados, imbéciles y borrachos,

mira que intentamos modificar su cerebro,

microfilmar y depositar en sus neuronas una papeleta,

una miserable y diminuta papeleta que ha vuelto a caer en el vacío.

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