
Como ya sabe todo buen aficionado, se denomina “miniatura” a la partida que no sobrepasa los 20 o 25 movimientos, excluyendo de esta clasificación las tablas rápidas acordadas sin apenas lucha -llamadas “tablas de gran maestro”-. Estas partidas breves siempre han despertado la atención tanto del aficionado como del profesional e incluso se han escrito libros recopilatorios como “100 miniaturas rusas [P. H. Clarke]”, “101 Miniaturas Brillantes [John Nunn]” o “300 miniaturas [Abram Roizman]”.
En esta revista, desde 2015, hemos dedicado ya 10 artículos a este tipo de partidas bajo el título “Las Miniaturas en Ajedrez”, pero hoy, quiero mostrarles lo que podrían ser las miniaturas de las miniaturas. Partidas realmente breves como las dos que he elegido para esta ocasión y que ambas finalizan exactamente ¡en 12 movimientos! Brevedad asombrosa, pues se trata de partidas jugadas por verdaderos maestros, que muchos de ellos figuraron en su momento entre los mejores del mundo incluso existen minipartidas cuyas víctimas han sido campeones mundiales. Por lo tanto, dado que 12 movimientos apenas son un suspiro, me he permitido denominarlas “micropartidas”.
La primera que van a ver se disputó en Breslau, Polonia en el lejano 1865 y sus protagonistas (ya conocidos en estas páginas) son: Johannes Zukertort, nacido en Polonia. Se le consideró campeón del mundo oficioso entre 1879 y 1886, año en que disputó el primer match oficial por el campeonato mundial. Adolf Anderssen, alemán de origen polaco. Campeón mundial oficioso entre 1851 y 1866, autor de “La Inmortal” y “La Siempreviva”. Zukertort era amigo de Anderssen y durante su formación ajedrecística fue su discípulo, pues era 24 años más joven que éste y en la partida que nos ocupa, a pesar de que se podía considerar a Anderssen campeón mundial, un joven Zukertort de 23 años, le propina una soberana paliza, sacrificando primero un caballo y luego la dama.
Para la segunda partida hay que desplazarse hasta Moscú y de nuevo, retroceder en el tiempo hasta 1935. Un joven ruso, Mikhail Botvinnik, que se proclamaría campeón del mundo 13 años después, da buena cuenta de Rudolf Spielmann, un talentoso pero ya maduro maestro austriaco, autor del famoso libro “El arte del sacrificio en ajedrez”. Spielmann, gran táctico, comete la imprudencia de pretender engañar a Botvinnik casi nada más comenzar la partida, amenazando un peón, confiando en que su rival simplemente perdería tiempo defendiéndolo, pero Botvinnik ya era un jugador de primerísima línea y su precisa respuesta, hacía totalmente desaconsejable la captura de dicho peón. Pero somos humanos y un tozudo o confiado Spielmann, se embarca en una aventura condenada al fracaso, salvo una equivocación de Botvinnik, hecho que no se produce y Spielmann abandona al ver que su dama está atrapada.
Bien, ¡ahora toca divertirse!
Partida 1:
Blancas: Johannes Zukertort (1842-1888)
Negras: Adolf Anderssen (1818-1879)
Lugar y fecha: Breslau, Polonia, 1865
1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 [Apertura Española o Ruy López. No ha existido campeón del mundo que no la haya jugado]
3…Cge7 [Defensa Cozio. Actualmente, una variante poco practicada, pues encierra al alfil de rey] (Ver diagrama)
Apertura Ruy López/Defensa Cozio
4.c3 d6 [No es propia de Anderssen una jugada tan pasiva]
5.d4 Ad7 6.0–0 Cg6 [Aunque de forma cuestionable, más o menos, Anderssen mantiene la posición]
7.Cg5 [¡Entrañable ajedrez romántico! Zukertort está decidido a castigar la falta de desarrollo de su rival. El rey negro no tiene posibilidades de ponerse a salvo]
7…h6 [Anderssen no se cree las amenazas de Zukertort y pretende expulsar al intruso, pero le aguarda una sorpresa] (Ver diagrama)
Un rey en el centro, puede ser presa fácil
8.Cxf7
(¡ Comienza el jaleo !)
[La torre de «h8» y la dama están bajo amenaza, por lo que la respuesta es obligada]
8…Rxf7 9.Ac4+ Re7 [Una decisión muy «humana», pero según todos los análisis, es un error y era mejor 9… Re8]
10.Dh5 [La invasión. Prácticamente, ninguna pieza del bando negro está bien ubicada]
10…De8 [Defiende el caballo, pero aquí se acaba la partida]
11.Dg5+ [¡Sorpresa!]
11…hxg5 12.Axg5 [¡Fuego cruzado! Jaque mate] 1–0
Posición final:
Partida 2:
Blancas: Mikhail Botvinnik (1911-1995)
Negras: Rudolf Spielmann (1883-1942)
Lugar y fecha: Moscú, 1935
1.c4 [Apertura Inglesa]
1…c6 2.e4 d5 3.exd5 cxd5 4.d4 [La magia del ajedrez, transforma la Apertura Inglesa en la Defensa Caro-Kann/Ataque Panov] (Ver diagrama)
Defensa Caro-Kann/Ataque Panov
4…Cf6 5.Cc3 Cc6 6.Ag5 Db6?! [¡Empieza la fiesta! Spielmann, sin apenas desarrollo, va en contra de la lógica y juega la dama, amenazando el peón «b2», esperando alguna jugada defensiva de su rival. Precisamente, este mismo movimiento se lo habían jugado el año anterior a Spielmann. Se ve que le gustó la idea y ahora la aplica él contra Botvinnik] (Ver diagrama)
El peón “b2” está envenenado, pero Spielmann no se lo cree
7.cxd5 [Mejorando al propio Spielmann que aquí había jugado la más débil 7.c5. Parece un poco humillante, ya que es como si Botvinnik le dijera a su rival «yo te enseño cómo hay que jugar esta posición»]
7…Dxb2 [Spielmann juega en contra de los principios del ajedrez confiando en su innato talento para la combinación. Mueve por segunda vez la dama ignorando por completo su peligrosa falta de desarrollo]
8.Tc1 [El joven Botvinnik, lejos de asustarse, responde con la jugada exacta que ya le garantiza clara ventaja]
8…Cb4 [Esta jugada o 8.Cd8 son las que ofrecen más resistencia. Otros movimientos del caballo son peores: 8… Ca5 9.Da4+ y cae el caballo o 8… Cb8, pierde el alfil después de 9.Ca4 Db4+ 10.Ad2]
9.Ca4 [¡Ahora se ve la tragedia de Spielmann! Su temeraria dama ha quedado acorralada y liberarla no saldrá gratis]
9…Dxa2 [9… Da3 se enfrenta a 10.Tc3 y no cambia sustancialmente la situación]
10.Ac4 [Eso es. Botvinnik desarrolla otra pieza y completa el cerco a la dama enemiga. Si ahora 10…Da3 11.Tc3 y adiós, muy buenas]
10…Ag4 [La jugada realizada y 10… Cc2 regalando el caballo, solo son el recurso del pataleo. No hay jugadas aceptables]
11.Cf3 Axf3 12.gxf3 [Y si ahora 12… Da3 sigue 13.Tc3, por lo que Spielmann abandona] 1–0
Posición final:
La dama no escapará
Luis Pérez Agustí