Durante estos días que estoy pasando en Valladolid, Sara me ha dicho que echaba de menos el otoño. No había caido en que en Manhiça (al sur de Mozambique), donde vivimos el último de ellos, no se caen las hojas de los árboles por estas fechas, y el suelo no se cubre de hojas marrones y quebradizas. En Manhiça tampoco existen cuatro estaciones sino dos, la época lluviosa, que debería ir comenzando, y la época seca. También es así en muchas otras partes de África, en tantas ciudades donde pronto las aguas torrenciales y la humedad podrían convertir cualquier otoño europeo en un anhelo más que en un recuerdo. Desde esos paisajes urbanos también nos llegan los ritmos y melodías que sus artistas utilizan para tomarle el pulso a sus calles y sus gentes. Desde la República Democrática del Congo, Kokoko! vuelve a conseguir que, aunque deseemos lo contario, no apartemos la mirada de sus pupilas hipnóticas; Spoek Mathambo también logra sujetar con sus dos manos nuestra cabeza, para evitar que perdamos el control y la orientación (sin conseguirlo) por algún suburbio sudafricano; la maliense Oumou Sangaré cita su mítica voz con Tony Allen para hilar una historia de pasos y movimientos inquietantes; el camerunés Blick Bassy pone esta vez su tono melancólico al servicio de una coreografía perturbadora donde su música sangra por cada poro; y Bongewize Mabandla, cargado en otras ocasiones de un espíritu vitalista, nos pasea en esta ocasión por la agresividad y la violencia de su Sudáfrica natal. Bienvenido sea el otoño.
1. Zala Mayele de Kokoko!
2. Yere Faga de Oumu Sangaré y Tony Allen
3. Control de Spoek Mathambo
4. Bengue de Blick Bassy
5. Soze de Bongeziwe Mabandla