La Fugitiva es una de esas librerías que afortunadamente han proliferado en Madrid en los últimos años (como La Marabunta, lanzada hace poco más de un año por Álvaro Tejero, entre otros, desgraciadamente desaparecido en tan trágicas como absurdas circunstancias –ver homenaje en este número de la revista-, La buena vida o Tipos infames), espacios en los que además de encontrar buenas selecciones de libros (el papel del librero, recuperado), se puede tomar un buen vino o un buen café, un trozo de tarta, un tentempié. Y además celebran presentaciones (La Marabunta, por cierto, se presentó hacer pocas semanas la nueva web aish, dedicada al mundo árabe y su ebullición política y social). La Fugitiva amplía sus actividades con un taller de cine para niños de entre cinco y diez años. Independiente. Se llama Piccolo Cine Club, que ha operado también en Rivas Vaciamadrid. El curso es gratuito, pero hay que preinscribirse en inscripcioncineclub@gmal.com. En la página de La Fugitiva, que abre con su particular homenaje a Charles Dickens, lo cuentan con todo detalle.