Eran colores fríos como las esposas de un preso durante un día de permiso. Eran colores cálidos como un azor dejándose caer un día a finales de abril.
Verde de árbol hundido entre raíces. Rojo de pintura roja seca al sol. Azul de cielo acorralado por cuatro aviones. Amarillo de escaleras mecánicas ralentizadas. Negro de anochecer continuo, sin pausa. Blanco de espera.
Oscuro, como los ojos que miraban. Claro, como las manos entrelazadas.
El viajero quisiera o querría ver otros colores
Aunque sea hoy
aunque fuera hoy