Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoAl Qaeda, bajo el foco ( III ). El efecto Obama

Al Qaeda, bajo el foco ( III ). El efecto Obama


 

Para Al Qaeda la elección de Barack Obama fue una sorpresa, parte de su propaganda se vino abajo al elegir los ciudadanos de EE.UU. a un presidente negro en 2008. Bin Ladenesperaba otro halcón en la casa blanca, otro entusiasta de las guerras, otro hombre duro que continuara invadiendo países musulmanes hasta ahogarse en el avispero yihadista. Pero no ocurrió así, la carta de la provocación al islam quedaba fuera de la mesa. Obama apuntó cambios en la estrategia antiterrorista, alianzas y objetivos definidos frente a invasiones mal planificadas.

 

El general Petraeus tomaría las riendas y conseguiría reducir la presencia de Al Qaeda en Irak, alimentando a Al Sahua (ex insurgentes iraquíes que colaboran en la lucha contra Al Qaeda).  Poco a poco, Al Qaeda fue perdiendo presencia en Irak y transfiriendo efectivos a Afganistán y Pakistán, donde protegidos por lo escarpado del terreno y las milicias locales se sentían más seguros. 

 

Obama bien aconsejado, derivó los esfuerzos en inteligencia a Afganistán y Waziristán, aviones no tripulados y acciones del ejercito pakistaní presionado por EE.UU. Han ido minando el santuario de Al Qaeda. Y pese a que en la actualidad esta zona del mundo sigue en manos de radicales, las tribus locales han comenzado a observar a los miembros de Al Qaeda como incómodos vecinos para su supervivencia regional.  Otra decisión importante por parte de Barack Obama fue cambiar el discurso internacional sobre el islam, suavizarlo, expresar que EE.UU está en guerra contra el terrorismo no contra la religión. El viaje a El Cairo escenificó esta reconciliación con el islam no radical. Para millones de musulmanes este fue un gesto muy importante, mientras Obama les tendía la mano, Al Qaeda continuaba atentando contra otros musulmanes en Irak y Afganistán. 

 

 

Por otro lado, Obama anunció la intención de retirar en pocos años las tropas de los países ocupados y comenzó a realizar gestos (eso si muy superficiales). Este nuevo discurso debilitaba el planteamiento de Al Qaeda, el islam está en peligro amenazado por Occidente. Es curioso que este discurso pero a la inversa sea utilizado por la extrema derecha en Europa. Buscar un enemigo siempre es más fácil que tender puentes y solucionar los problemas. Otro acierto de Obama fue presentar a Bin Laden y los suyos no como islamistas radicales si no como delincuentes. Es decir, de una retórica de enfrentamiento como fue la utilizada por Bush, Obama pasó al entendimiento visitando a líderes religiosos y elogiando las virtudes del islam. Por último, y pese a saltarse todos los principios morales, los derechos humanos y las relaciones bilaterales con Pakistán la eliminación de Bin Laden es un rotundo éxito de la administración Obama.

 

 

La información que tenemos sobre la operación que terminó con la vida de Bin Laden es muy parcial y está completamente condicionada por los intereses norteamericanos. Existen muchos puntos oscuros sobre dicha operación, Bin Laden residía en un complejo de edificios, fortificado pero sin demasiados “defensores” y muy cercano a una academia militar pakistaní. Parece absurdo pensar que el servicio secreto de Pakistán (ISI) desconociera que en ese complejo residía el hombre más buscado del mundo desde que escapara de Tora Bora. Pero dentro del servicio secreto pakistaní existen dos corrientes muy diferenciadas, encontramos  una sector prooccidental y otro que mantiene estrechas relaciones con el islam más radical.

 

Pakistán continúa viendo a la India como su principal enemigo y sólo en los últimosaños el Gobierno y el ejército han visto peligrar su posición ante el avance de los radicales. Debemos entender esta radicalización del ISI en el contexto de una lucha fratricida contra la India en la que se intensificaron las relaciones entre grupos terroristas, el ejército y el ISI. 

 

complejo bin laden

 

A día de hoy, cuando se produce un atentado en la India. Pakistán se apresura a condenarlo. El gigante musulmán empieza a girar hacia intereses occidentales pero es un proceso largo y complicado. El propio país debe darse cuenta de que el enemigo está en casa y no es sencillo utilizarlo sin sufrir graves consecuencias.
Obama, si consigue revalidar su mandato, tiene por delante una tarea francamente complicada.  Debe reparar las relaciones con Pakistán, muy dañadas desde el asesinato de Bin Laden. Pakistán es clave para controlar la expansión de Al Qaeda en la región, además, es fundamental a la hora de apoyar al Gobierno de Afganistán en la estabilización del país. 

 

Aún es pronto para sacar conclusiones sobre el resultado de las negociaciones que EE.UU mantiene con los talibán en Afganistán, pero lo que está claro es que integrarlos en el Gobierno sería muy preocupante para las libertades obtenidas en los últimos años. En cambio, también es cierto que si los talibán recuperan cotas de poder es muy probable que la cobertura que han prestado a miembros de Al Qaeda se resienta si esto perjudica sus intereses. 

 

En Irak, el Gobierno de Obama se enfrenta a nuevos conatos de guerra civil alentados por Arabia Saudí e Irán. Los movimientos de Al Qaeda en Irak deben ser seguidos de cerca por la inteligencia de EE.UU. 
Es evidente que Obama pretende salir de ambos escenarios de la manera más digna posible, la lucha contra el terrorismo islamista ha cambiado totalmente, inteligencia, diplomacia y operaciones a pequeña escala vuelven a ser la pauta de los EE.UU. 

 

Surgen dos preguntas, la primera es si Al Qaeda tiene capacidad para golpear gravemente a Occidente después de más de una década de “guerra” contra ella. La segunda es, una vez que los ejércitos occidentales abandonen por completo ambos conflictos, ¿durante cuánto tiempo ocuparán portadas de los periódicos los atentados en ambos países? Si los muertos no son nuestros, miramos para otro lado, así de triste, así de real. 

Más del autor

-publicidad-spot_img