De mi Diario : Semana 1 / 2020

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Weiß/Colonia, 29.12. 

2:25 am : Estuve viendo primero, por enésima vez, esa obra maestra de Woody Allen que es Play It Again, Sam [Sueños de seductor tradujeron el título en España, como si Tócala otra vez, Sam no fuese lo bastante explícito], y por enésima vez me sorprendo de que a Humphrey Bogart lo interprete Jerry Lacy y no el propio Bogey, una vez más debo recordar que murió 15 años antes. Y a continuación seguí viendo la serie Pride and Prejudice en la producción de la BBC, 1995, y me parece medio imposible pero lo cierto es que cada vez que la veo me gusta más.

El 4.1.1778, desde Hannover, Boie le escribe a su Luise, que el gran Lessing ha perdido a su hijo y su esposa está en grave peligro de no sobrevivir al parto, y que, desesperado, le ha escrito lo que le transcribe y yo traduzco: «Mi alegría fue breve. ¡Y pierdo tan a pesar mío a este hijo, porque tenía tanto sentido común! ¡Tanto sentido común! No pienses que las pocas horas de mi paternidad me han convertido en un padre baboso. Sé lo que estoy diciendo. ¿No era de sentido común que tuvieran que traerlo al mundo con fórceps? ¿Que tan pronto se daría cuenta de la basura? ¿No era de sentido común que aprovechara la primera oportunidad para escaparse? Por supuesto, el pequeño cabeza de chorlito también se lleva a su madre con él, porque todavía hay pocas esperanzas de que me quede con ella. Una vez quise que todo me saliera tan bien como a otras personas. Pero me salió mal». Resulta conmovedor leer cómo un alma grande expresa en la intimidad de una carta su dolor por semejante pérdida. Lo que dice del sentido comùn de ese recién nacido es algo que puede hacer llorar a las piedras.

Viniendo a cuenta de un pleito que tenemos desde su tiro al poste con el turrón de Gijona, le cuento a TT que Wenceslao Fernández Flórez, el humorista gallego (pero gallego de Galicia, gallego de a deveras, como dicen los cantinflos), en su novela El sistema Pelegrín, ambientada en el mundo del fútbol, a los tiros en los postes y el larguero los llamaba «vicegoles» y proponía una reforma  del Reglamento para que dos vicegoles contasen como un gol. Que con ese criterio Argentina no hubiese sido campeona del mundo en 1978. Todavía recuerdo el cañonazo de Rensenbrink en el minuto 90, que pegó en el poste y volvió a la cancha en vez de estrellarse en las mallas. Cuando volvieron a Neerlandia y los periodistas asediaron a Rensenbrink, capitán del equipo, que cómo así regresaban de nuevo sin el título mundial, él les respondió: «No podíamos hacerle ese feo a Johan». Johan era Cruijff, capitán de “la naranja mecánica” que había perdido la final anterior contra la Alemania de Beckenbauer por 2:1.

Weiß/Colonia, 30.12.

2:00 am : He visto seguidos el segundo capítulo del primer episodio de una nueva serie policial noruega, protagonizada por el comisario Wisting, y después The Gunfighter [El pistolero] con Gregory Peck, que hacía siglos que no la había vuelto a ver. Y el tercer capítulo de Pride and Prejudice, con la declaración de amor de Mr. Darcy a Lizzy y su respuesta «truly devastated», según se califica en la edición anotada que tengo de la novela. Jennifer está insuperable, pero Colin da la talla como antagonista. Escena genial e inolvidable. Un día, por hacer dedos, aproximé a nuestra lengua esa respuesta «de a deveras desvastadora»: «Se equivoca usted, Mr. Darcy, si supone que la forma de hacer su declaración me hubiese podido influir de otra manera que ahorrándome el pesar que habría sentido al rechazarlo, de haberme tratado usted de una manera más caballerosa. No me hubiera podido ofrecer su mano de ninguna forma que me hubiese tentado a aceptársela. Desde el mero comienzo, casi podría decir desde el primer momento de conocerlo, usted ha demostrado con sus maneras el grado de su prepotencia, su arrogancia y su desprecio egoista de los sentimientos de otras personas, lo que fundamentó mi antipatía, y los acontecimientos que siguieron reforzaron mi aversión, y  no lo conocía a usted más allá de un mes, cuando ya sabía que es el último hombre en la tierra con quien quisiera casarme». ¡Qué tía!, hubiera dicho mi abuela Remedios.

Con motivo de los 200 años del nacimiento de Fontane, el Kölner Stadt Anzeiger le dedica hoy casi una plana completa. Con un recuadro tremendo que documenta su antisemitismo. Qué pena esa mancha en la biografía de alguien tan excelente como escritor. Aunque algunas veces creo, pienso, que todos los educados en el seno de la cultura occidental somos antisemitas en mayor o menor medida. En estos últimos de una manera regolfada, latente. Yo mantengo relaciones de amistad o colegialidad profesional con algunos judíos, desde hace muchos años. Entre ellos, una mexicana y dos argentinos, los tres amorosos. Pero también trabajé, ay, con un judío francés que me despertaba sentimientos antirracistas muy fuertes. Lo rebauticé como Sinagogo, creo que con eso lo digo todo. Y hay un periodista judío en la TV alemana del que abomino sin ambages, es la encarnación en patas del judío arrogante y sabelotodo. Y a todo esto no he dicho nada de Israel, porque parece que si uno protesta por el modo como se comporta, no con, sino contra los palestinos, eso no  se puede decir, porque es políticamente incorrecto, y algo todavía peor: antisemita. Para rematar el cuadro, resulta que aborrezco el que los judíos se hayan apropiado del concepto “antisemita” para referirse tan sólo a ellos: también los musulmanes son semitas. Hasta la Real Academia llega el desafuero. Según la docta casa, “semita” es quien «pertenece a la familia formada por los árabes, los hebreos y otros», mientras que “antisemita” es quien «muestra hostilidad o prejuicios hacia los judíos, su cultura o su influencia». Quod erat demonstrandum: quedan atadas las proverbiales dos moscas por el rabo proverbial.

Almorzamos de nuevo en la Rhein–Terrassen, de nuevo las dos parejas. Carlitos fue incapaz de comerse toda la carne de pollo de su plato y yo mis scaloppine alla Valdostana, de modo que le hacen a Carlitos un dog box con toda la carne + mi guarnición de papa frita. Nuestras mujeres, en cambio, devoraron sus platos. Y la conversación versó en gran parte sobre las respuestas divertidas de los alumnos en los exámenes escolares, de las que puse ejemplos neerlandeses («Exceptuando las montañas, el resto de Suiza es llano»), españoles («Animales polares son la Osa Mayor y la Osa Menor») y uruguayos: «Colón fue el mejor marino del Uruguay, y algunos niños dicen que fue el mejor de América; maestro, yo no sé más porque andaba ayudando a la Directora, que estaba barriendo el patio». A veces me da miedo mi memoria.

Weiß/Colonia, 31.12., Nochevieja

Medianoche : Acabo de ver Wind River [Muerte misteriosa, la titularon en México y Colombia; Viento salvaje, en Argentina y el Uruguay; y claro está, Wind River en España, tan castiza ella]. Me ha gustado muchísimo, tengo que volverla a ver, ojalá que la repitan pronto. Hay en ella ese sentido elemental de la justicia que alienta en Fuenteovejuna, sólo que aquí a título personal, y los cuatro personajes principales son como una galería de retratos de Van Dijk. Me parece que tiene condiciones para convertirse en una peli de culto. Vengo a anotarlo antes de que se me pase la impresión y acierto a oír los primeros cohetes, deben de ser de quienes se entrenan ya para la orgía pirotécnica de la siguiente medianoche. La puta que los parió.

En el Kölner Stadt Anzeiger, hoy, a toda plana, la felicitación del diario a sus lectores, con unas manos que han modelado con nieve un corazón, todo ello tan sólo en dos colores, azul y blanco (los colores de Huelva), con un sabio epígrafe del grande Albert Schweitzer: «La felicidad es lo único que se duplica si se comparte». ¡Chapeau, don Alberto!

En el canal Arte el concierto de Año Viejo de la Filarmónica de Berlín, conducida por el ruso Kirill Petrenko, sucesor de Simon Rattle como director de la orquesta, y compaginador de un magnífico programa con melodías de Broadway que incluía cuatro canciones (entre ellas “Over the Rainbow”) interpretadas por nadie menos que Diana Damrau. Anoto con el natural asombro que en una pausa de la partitura el público se largó a aplaudir a destiempo ¡¡en Berlín, y nada menos que en el sacrosanto templo de la Philarmonie!! O témpora, o Mariano Mores!

Weiß/Colonia, 1.1.

2:30 am : Hemos entrado en el 2020 brindando con un Príncipe de Mettternich (cepa Riesling), el espumoso alemán que más nos gusta. En la transmisión de los últimos minutos del 2019 se adivinaba la catedral iluminada pero envuelta en una niebla tan espesa que no permitía ver las torres. Y el ciclorama detrás era una explosión de fuegos de artificio que más se parecía a las líneas dejadas por las balas trazadoras que a bengalas y cohetes. Reputísima pirotecnia.

Desayunando leo en el Kölner Stadt Anzeiger una larga entrevista con Martin Sabrow, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Humboldt en Berlín, una entrevista acerca de los paralelos que algunos postulan entre la situación en 1920 y hoy. Él no cree en eso y piensa que una comparación no reflexionada con la República de Weimar puede actuar como amplificador del problema. Piensa, además, que la Historia no se repite. Una excelente entrevista en la que, por fin, una autoridad en la materia habla de la “unificación” y no de la “reunificación” de los dos Estados alemanes nacidos de la 2.ª guerra mundial. “Reunificación” es la lectura de los nostálgicos del gran Reich y de los irredentos. Me repugna usarla.

Hoy, fiesta onomástica de las Manuelas y los Manueles, llamo a la Nena para felicitarla por su santo y me entero de que su yerno David será este año el Gaspar de la cabalgata de los Reyes Magos en Huelva. Me hizo recordar que yo, de niño, alimentaba la ilusión de participar alguna vez en la cabalgata yendo de Baltasar. Muchos años después reflexioné que en aquellos tiempos no conocía a ningún Melchor ni a ningún Gaspar y que, posiblemente, mi elección del rey negro era un homenaje subliminal al dueño de la tienda más famosa de Huelva, el almacén de Baltasar en la esquina SW de la calle Señas con Miguel Redondo. Aquel lugar donde se podía encontrar cualquier cosa era una mezcla de la cueva de Alí Babá con el retablo de las maravillas y con el mundo tras el espejo de Alicia. Hasta recuerdo el chiste más famoso que se contaba en Huelva relacionado con la tienda, y era el del niño que llegaba y preguntaba: «Baltasar, ¿tiene usté trampas de a peseta?», a lo Baltasar suspirando le contestaba: «¡Ojalá, hijo, ojalá!»  Ignoro si “trampa” se sigue usando hoy para referirse a las deudas, como lo documenta el Seco con una cita de Torremolinos Gran Hotel, la novela de Ángel Palomino, pero no me convence, la novela se editó en 1971, ha corrido mucha agua por el Odiel desde aquel entonces.

Buscando en Twitter material para mi TTD encuentro esta maravilla: «Miramos el mundo una sola vez, en la infancia. El resto es memoria», de Louise Glück, citada por @literlandwe. Releo lo escrito hace un par de horas acerca de mi infancia en Huelva y me siento confirmado en todo lo que escribo cada vez que buceo en el mar de los sargazos de mi memoria.

Weiß/Colonia, 2.1.

0:10 am : Este va a ser un Año Beethoven (se celebrará el 250.º aniversario de su nacimiento) y el canal 3sat dedicó la programación del día a pasar grabaciones de obras del gran sordo, que han culminado a última hora de la noche en un concierto de la Filarmónica de Berlín bajo la batuta de Kirill Petrenko, interpretando la novena sinfonia y si no lo veo  no lo creo, igual  que antier en la Philarmonie se produce de nuevo un aplauso a destiempo, en Berlín, en plena Puerta de Brandeburgo, ¡¡¡y nada menos que interrumpiendo el “Himno a la alegría”!!! Espero que si venden esos productos a televisoras extranjeras tengan la caridad de suprimir tales aplausos que ponen en ridículo al dizque más exigente público musical de Europa. ¡Puah!

Saca Diego una de sus habituales columnas en El Colombiano, de Medellín, y le escribo unas líneas: «Buenísima columna, querido Diego. Aunque, claro está, no podemos perder de vista que hay libros buenos y libros malos, libros que vale la pena leer y libros que abandonamos en la página 20. Y hay libros cuyas páginas fatigamos hasta que se desencuadernan, pero entonces incluso los queremos más, y libros que nos llegan intonsos e intonsos se quedan».

Llamo a Julio para consultarle el empleo de un término musical y conversamos un rato por el telefón que contesta, no como el del tango “A media luz” o el de mi deuda estherna. Aprovecho para contarle las dos salvas de aplausos a destiempo en conciertos sinfónicos y Julio me dice, cosa que me hace desear encontrarme ya en el valle de Josafat, que la cosa se ha vuelto normal, hasta el punto de aplaudir todos y cada uno de los movimientos de un concierto o una sinfonìa. ¡¡¡Catacrock!!! Me caí desde las almenas de mi torre de marfil. Pronóstico: reservado.

Diny y yo teníamos entradas para el concierto de hoy en la Philarmonie, nos las regalaron los hijos con motivo de nuestro doble 80.º aniversario. Es un concierto titulado “Beethoven meets Cuba”, a cargo de los conjuntos Klazz Brothers y Cuba Percusssion, uno de esos híbridos que me resultan insufribles, pero eso no lo podían saber mis hijos, que nos regalaron las entradas con la mejor intención. Llamo a Rebeca y le ofrezco mi entrada, y será ella quien acompañe a Diny en la Philarmonie. Yo me dedicaré a poner en orden la contabilidad doméstica porque el alto de facturas médicas y de la farmacia se nota ya en el rojo de mi cuenta corriente.

Weiß/Colonia, 3.1.

2:00 am : Regresó Diny del concierto, que parece haber sido extraordinario, de lo cual me alegro por ella y Rebeca. Yo estuve, después de ordenar el papelerío de la contabilidad casera, viendo El circo y Luces de la ciudad, dos poemas cinematográficos de Chaplin, en blanco y negro, y mudos. Cuando terminaron de pasarlos, como constraste, cambié del canal Arte al ARD para ver un nuevo episodio protagonizado por el comisario Dupin en una serie policial alemana ambientada en la Bretaña. Justo cuando iba a descubrirse quién fue el asesino, llegó Diny y me quedé sin saberlo. Gajes del oficio.

Desde el desayuno hasta ahorita mismo, 2:15 pm, he estado confeccionando las dos listas de facturas de médicos y farmacias, una para el seguro, la otra para la subvención estatal, y es lo que me figuraba, son 12.165,82 €, de los que vamos a ver cuánto me reembolsarán. Debería prenderle una vela a la Virgen de las Mercedes, para que las derrame sobre mis liquidaciones.

Recién hoy nos llega la felicitación navideña y novoañera de Pepe Oliver, que es uno de los más grandes poetas alemanes vivos, amén de un malagueño nacido en la Selva Negra. Su envío de hoy me recuerda el poema en prosa de Eunice Odio dedicado a Carlos Pellicer, y es una lista larga de deseos (toda una columna del formato DIN A4) cuyo último es el siguiente: «y días como pal:abras intraducibles». El signo “:” en “pal:abras intraducibles” intenta reproducir el juego de palabras del original, “w:orte”, donde “worte” significa “palabras” y “orte” lugares. En “pal:abras” recurro a la gran paleta semántico–geográfica” de “abras”. Y me quito el sombrero en honor de Pepe, mi ex yerno, como lo llamo desde el día del concierto de Tete Montoliu en Fráncfort, octubre 1991, cuando se lo presenté a Diny (a Pepe, no a Tete) y Diny me dijo en un aparte que le parecía la pareja ideal para Montserrat. Nos reímos de buena gana.

En el canal Arte una peli estupenda que cuenta la lucha de Brecht contra la productora que quiso llevar al cine una versión descafeinada de La ópera de los tres centavos. Por degracia la agarré ya empezada, pero por suerte la repiten el domingo, ya la marqué como imperdible en mi TV Movie, la revista con la programación quincenal. Y después de la peli pasaron un concierto de 45’ con Max Raabe y la orquesta Palast con Cecilia Crisafulli, la violinista veneciana que parece escapada de un cuadro de Tiziano. Alguna vez los llamé “Les Luthiers alemanes”, pero no escenifican sketchs, como sus pares argentinos, se limitan a “animar” canciones alemanas y gringas de los años 20, de un pícaro despampanante, y en las que los músicos, la violinista y el cantante actúan tan compenetrados y con tantísima elegancia que es un placer visual y acústico ser público de sus conciertos.

Weiß/Colonia, 4.1., ¡Henri cumple 10 años!

Llamo a Henri nada más levantarme y con la completa seguridad de que está con el teléfono a la mano esperando llamadas nuestras y de sus hermanos, sus tíos, sus primos. No me equivoqué, atiende al segundo repique del timbre. Lo felicito por inaugurar su primera década en este valle de lágrimas y le paso al teléfono a Diny para que ella también lo felicite. Me quedo pensando en un tuit que leí hace un par de semanas en la cuenta de Marina Weisband (@Afelia), la joven y combativa mascarón de proa del partido político Los Piratas, quien anotaba que una subida de 4º en el calentamiento terrestre provocaría la muerte de la mayoría de los seres humanos y que el pronóstico actual es que se alcanzarán esos ominosos 4º en el 2075. Así es que reflexionaba: «Mi hija nació en el 2016. Las posibilidades de que viva en el 2076 son más bien escasas. No sé cómo decir lo que siento ante el fracaso de la conferencia del cambio climático en Madrid». Es tremendo pensar en el futuro que les espera a mis nietos, por culpa de imbéciles como the fake president, aunque él es nada más uno de los responsables.

Hoy es el centenario de la muerte de Galdós y aparece en Nexos el ensayo que le he dedicado a su obra adaptada al cine y la TV. Lo releo y siento que acabo de pagarle aunque más no sea sino una décima parte de la deuda que tengo con él. Don Benito, ha sido un placer. Y gracias.

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