En Barcelona hoy se parten la cara por nosotros

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En Barcelona hay unos pocos, una minoría silenciada y excluida del foro público (en el que el resto podemos participar libremente si acaso nos viniera en gana -a los que no les viene, a esos free riders que por fortuna para todos disponen de la democracia liberal, quizás les ocurra como a la mayoría con Franco: que vivan muy bien-), habitualmente agredida cuando abre un local para la causa (partidista o civil, política en cualquier caso), un puesto informativo o simplemente cuando abren la boca, que se está manifestando por los derechos de todos nosotros.

 

Ahora mismo, en Barcelona, unos pocos, una minoría silenciada y excluida del foro público (en el que el resto podemos participar libremente si acaso nos viniera en gana -a los que no les viene, a esos free riders que por fortuna para todos disponen de la democracia liberal, quizás les ocurra como a la mayoría con Franco: que vivan muy bien-), habitualmente agredida cuando abre un local para la causa (partidista o civil, política en cualquier caso), un puesto informativo o simplemente cuando abren la boca, que se está manifestando por los derechos civiles y políticos de todos nosotros. Por lo que explica aquí Félix Ovejero, ellos son quienes de verdad pueden decirse de izquierdas y demócratas. El PSC, que debería representarles  (particularmente el PSC, sí), ya ha dicho que hoy les iba a abandonar… No quiere poner la cara para que se la partan, pese a que lleva ni se sabe cuánto tiempo poniendo la otro mejilla y luego la otra, y la otra… Y así hasta 20 mejillas partidas y un rostro absolutamente irreconocible. Supurando algo más que pus y votos. Aunque seguramente la cosa sea más triste y no quiera dejar de poner mejillas porque siente que los agresores son de los suyos, sólo que un poco crispados. Defensores algo radicales del Estatut que ayudaron a engendrar contra la igualdad política de los españoles. Los chicos…

 

 

 

Pues eso, que andan en Barcelona solos cuando la cosa debía transcurrir por las calles de Madrid. O por las de varias ciudades a la vez. No les abandona, pues, sólo el PSC; les abandonamos todos con nuestro business as usual. Seguro que la protesta es más eficiente si nace del epicentro del mal… Pura lógica política. Pero eso no excusa el abandono. Porque sólo si hay viento de popa los Icetas saldrán de la madriguera. O los Sánchez, o los Díaz… O los Messi y los Iniesta, tras los Loquillo, o los Sabina. Porque alcanzar la masa crítica que rompa la ‘espiral del silencio’ es cosa de todos. Pese a esos muchos progres que en sus columnas y sus discursos siempre tendrán una adversativa para escudar su cobardía y su miseria moral en nombre del buen juicio. Para que nadie los señale. A veces, muchas, eso sólo conduce al juicio más podrido. Anteponen sus garbanzos a la libertad.

 

En fin, que ojalá no estén muy solos. Y que me perdonen por no haber podido estar hoy ahí.

Del 85 todavía, pero todo se andará. Valenciano de residencia y nacimiento. De cabezón, navarrico; y de vacaciones. Iba a decir que algo también de sangre, pero entonces no podría esquivar el merecido guantazo. Estado civil: catalán. Y de salud, alérgico al nacionalismo. Licencia para leguleyear y, según un papel, también para politologuear… De vocación, cosmopolita. Si me dejan. Y, de Filosofía práctica, doctor en las cosas del bueno de Jürgen Habermas.   Sería un placer y todo un reto sacar provecho a estas páginas para vomitar a cuentagotas, si es que eso se puede, algunas reflexiones morales o políticas. Esas que, sentado en la esquina de la mesa de la esquina de la habitación de un edificio que hace esquina, le golpean a uno al abrir el ordenador, ojear la prensa y el Facebú (donde encuentra siempre a don Tomás y a la parroquia del padre Félix) y descubrir que el mundo sigue igual de mal que de costumbre, cuando no peor. Lo de todas las mañanas, pero compartiendo el café con leche.