Don Miguel. Tal día como hoy y hace 106 años nació un jugador que ha dejado huella en la historia del ajedrez, un personaje querido y respetado por todos.
Homenaje a Don Miguel
Tal día como hoy y hace 106 años nació un jugador que ha dejado huella en la historia del ajedrez, Don Miguel, un personaje querido y respetado por todos.
Miguel Najdorf nació en Varsovia (Polonía) el 15 de abril de 1910, en el seno de una familia judía, y falleció en Málaga en 1997.
Aprendió a jugar al ajedrez a los 14 años. Los inicios de Miguel en el ajedrez son muy curiosos. En 1924 acudió a casa de un amigo, Rubén Fridelbaum. Su amigo no estaba en casa y lo recibió su padre, un violinista de la Filarmónica de Varsovia. Mientras esperaban, el padre le preguntó a Miguel si sabía jugar al ajedrez. Ante la respuesta negativa, sacó un tablero y le enseñó el movimiento y el valor de las piezas. Jugaron un par de partidas y Najdorf se entusiasmó. Una semana más tarde ya le daba una Torre de ventaja a su “maestro”.
Su entusiasmo lo llevó a descuidar sus estudios, así que su madre le escondía los tableros y piezas. Lo único que consiguió su madre es que Miguel estudiara a ciegas. La madre incluso le llegó a quemar el tablero y las piezas y le dijo: “me van a crecer margaritas en la palma de la mano antes de que llegues a alguna parte con esa tontería”.
Los padres de Miguel Najdorf
Sus éxitos con Polonia y Argentina
Tan solo cuatro años después de haber aprendido a mover las piezas, en 1928, jugó el Campeonato Nacional Polaco. Consiguió un brillante quinto puesto, y obtuvo tres premios de belleza. Dos años más tarde, en 1930, ya era Maestro Internacional.
Representó a Polonia en las Olimpiadas en tres ocasiones, 1935, 1937, 1939.
Además participó en las Olimpiadas “no oficiales” de 1936 en Múnich. Polonia quedó subcampeona (delante de la Alemania nazi) y Najdorf ganó la medalla de Oro en su tablero, lo cual fue un orgullo para él, teniendo en cuenta su condición de judío, y el lugar donde se celebraba la Olimpiada. En un capricho lamentable del destino, el mismo general que le entregó la medalla de oro, fue el responsable del exterminio de toda su familia tres años después.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, Miguel estaba en Argentina, participando en la Olimpiada de 1939. Se quedó a vivir allí y en 1943 obtuvo la nacionalidad argentina. Representó a este país en las Olimpiadas en once ocasiones, consiguiendo dos medallas de plata por equipos y dos medallas de oro individuales.
Fue nueve veces campeón de Argentina y está reconocido como uno de los mejores jugadores del mundo entre los años 40 y 50.
Récords mundiales en simultáneas
Era un portento en simultáneas a la ciega. Consiguió el primer récord mundial en 1943, enfrentándose a 40 tableros con un resultado de 36 partidas ganadas, 1 empate y 3 derrotas.
Cuatro años más tarde, en 1947, batió su propio récord, esta vez enfrentándose a 45 rivales con un resultado de 39 ganadas, 4 tablas, 2 perdidas. La sesión duró casi 24 horas. Increíble.
Al día siguiente era capaz de recordar las 45 partidas y era capaz de reproducir todas las jugadas una a una. Tenía una memoria prodigiosa, un día le preguntaron acerca de esa cualidad y el simpático Miguel contestó: «Tengo una memoria privilegiada según para qué, si me prestan dinero trato de olvidarme en el acto.”
En simultáneas clásicas se enfrentó a 250 tableros en 1950, ganando 226 partidas, empatando 14 y perdiendo tan solo 10.
Más éxitos deportivos
Venció en 52 Torneos Internacionales. No disputó ninguna lucha por el título mundial, pero participó dos veces en el Torneo de Candidatos que da derecho a luchar por el título, quedando quinto en Budapest 1950 y sexto en Zúrich 1953.
En 1950 se le concedió el título de Gran Maestro.
Su mayor éxito tuvo lugar en el Memorial Capablanca, en La Habana 1962. Quedó campeón, por delante de Spassky y Polugajevski. Perdió las 2 primeras partidas, pero luego ganó nueve consecutivas. Impresionante.
En el encuentro URSS–Resto del Mundo de 1970 consiguió un meritorio empate (2-2) frente al ex campeón del mundo Mijaíl Tal. En dicho encuentro, y respecto a sus partidas frente a Mijaíl Tal comentó lo siguiente: «Cuando Boris Spassky te ofrece una pieza, deberías elegir rendirte ahí mismo. Pero cuando Tal te ofrece una pieza, entonces harías bien en continuar jugando, pues al rato podría ofrecerte otra, y luego otra, y entonces…. ¿quién sabe?”
Najdorf en España
Miguel era un amante de nuestro país. Hablaba muy bien nuestro idioma, de hecho era un portento que hablaba ocho idiomas.
Participó con 83 años en el Open Príncipe de Asturias de 1993. Fue un torneo espectacular en el que participaron los mejores jugadores del mundo. Entre Grandes Maestros y Maestros Internaciones sumaban más de 150 jugadores para un total de 500 participantes.
Fue un placer participar en aquel torneo del que conservo una foto inolvidable. Era un hombre encantador, durante el torneo le solicitamos un amigo y yo hacernos una foto y aceptó. Fue muy amable, nos sentamos, posamos ante la cámara, y el resultado es el que podéis ver.
Miguel Najdorf y el autor de este artículo a la izquierda de la foto.
En este torneo y en los descansos entre partida y partida, Najdorf (83 años) se puso a jugar partidas rápidas contra su amigo Borislav Ivkov (60 años). Najdorf le pasó por encima y le derrotó 9 a 1. El gran Miguel le dijo a Ivkov: «Ya te dije, Borislav, que hay un tiempo para retirarse… Lo que te pasa es que estás viejo.»
Cuatro años más tarde, falleció en Málaga. Se encontraba allí para participar en un torneo.
La inmortal polaca
Una de sus partidas más espectaculares (de hecho es la mejor para él) es la famosa “Inmortal Polaca”. Podéis verla en este enlace en un gran artículo publicado en esta misma revista, escrito por Luis Pérez Agustí. Disfrutad de esta belleza en la que Miguel sacrifica cuatro piezas y da mate al rival sin comerse ninguna del rival…
José Vilarnovo