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Mientras tantoLa casa fantasma - Ghost house. 1913

La casa fantasma – Ghost house. 1913

 

 

HABITO una casa solitaria que sé

Que desapareció hace muchos veranos,

  Y no dejó rastro salvo los muros del sótano,

  Y un sótano en el que cae la luz del día,

Y en el que crecen las purpúreas frambuesas salvajes.

 

Sobre el cercado arruinado las parras se protegen

Los bosques vuelven al campo segado;

  Del árbol del huerto creció una arboleda

  De nueva madera y vieja donde tala el pájaro carpintero;

La vereda hasta el pozo ha sanado.

 

Habito con un corazón extrañamente dolorido

En aquella morada desaparecida allá a lo lejos

  En aquel desusado y olvidado sendero

  Que no tiene ya baños de polvo para el sapo.

Llega la noche; los negros murciélagos revolotean y saltan;

 

Viene el chotacabras a aullar

Y a callarse y a cacarear y a agitarse:

  Le escucho empezar a distancia suficiente

  Colmado muchas veces para decir su palabra

Antes de llegar a decirla.

 

 

Es bajo la pequeña, tenue, estrella de verano.

No sé quiénes son estas gentes silenciosas

  Que comparten el sombrío lugar conmigo—

  Esas piedras afuera bajo el árbol sin ramas

Sin duda cargan los nombres que el musgo estropea.

 

Son gente incansable, pero lenta y triste,

Aunque dos, vistos de cerca, son dos jóvenes,–

  Con nadie que entre ambos haya cantado,

  Y aún así, en vista de tantas cosas,

Como los dulces compañeros que pueden llegar a ser.

 

 

‘Ghost house’

 

I DWELL in a lonely house I know

That vanished many a summer ago,

  And left no trace but the cellar walls,

  And a cellar in which the daylight falls,

And the purple-stemmed wild raspberries grow.

 

O’er ruined fences the grape-vines shield

The woods come back to the mowing field;

  The orchard tree has grown one copse

  Of new wood and old where the woodpecker chops;

The footpath down to the well is healed.

 

I dwell with a strangely aching heart

In that vanished abode there far apart

  On that disused and forgotten road

  That has no dust-bath now for the toad.

Night comes; the black bats tumble and dart;

 

The whippoorwill is coming to shout

And hush and cluck and flutter about:

  I hear him begin far enough away

  Full many a time to say his say

Before he arrives to say it out.

 

 

It is under the small, dim, summer star.

I know not who these mute folk are

  Who share the unlit place with me–

  Those stones out under the low-limbed tree

Doubtless bear names that the mosses mar.

 

They are tireless folk, but slow and sad,

Though two, close-keeping, are lass and lad,–

  With none among them that ever sings,

  And yet, in view of how many things,

As sweet companions as might be had.

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