Sublime:
Casting de chonis para una película, al mejor estilo Torrente, titulada «La prima de riesgo». Y mejor si es una ópera prima subvencionada, aunque esos tiempos ya parecen muy lejanos.
Grotesco:
Obsesionarse por los baremos más volátiles, como la prima de riesgo o las opiniones de Fitch, para mostrar solo un lado de la realidad.
Próxima edición
Sorpresa