Todo el mundo está exhausto. Hasta el edil no muerto (a Aguirre la presentan como Van Helsing) aparece en Twitter igual que tras un retiro espiritual dirigiéndose a sus recién estrenados representados con la paz, el sosiego y el encanto de una princesa nazarí...
Rajoy sigue vivo
Después de la Zapatiesta da la impresión de que el mundo se ha quedado en calma esta mañana, como tras un terremoto. Podría decirse que lo que habló ayer fue la naturaleza y no un concejal. Muy natural él, más bien silvestre, eso sí. Todo el mundo está exhausto. Hasta el edil no muerto (a Aguirre la presentan como Van Helsing) aparece en Twitter igual que tras un retiro espiritual dirigiéndose a sus recién estrenados representados con la paz, el sosiego y el encanto de una princesa nazarí que susurra a través de una celosía: “Hola. Esta es mi nueva cuenta en Twitter, desde la que quiero conversar y escuchar a toda la ciudadanía madrileña”.
Ni rastro de tuits sobre ceniceros de restos de judíos o repuestos de miembros humanos, o de uno de sus preferidos aunque no tan conocido, sí romántico: “Hagamos el amor suave y lentamente sobre el cadáver del alcalde de Alcorcón”. La nevera de los podemitas está llena (Pablo Soto, concejal de participación, es uno de sus mejores y mayores proveedores con delicatessen como: “De vuelta en Madrid tras dos semanas por Turquía, Grecia, Italia… Muy decepcionado con todos vosotros porque Rajoy sigue vivo #tuitserio”) y a pesar de ello la gente ya no sabe qué pensar de tanto hacerlo (de forma tan súbita y en tan poco tiempo), una vez inoculada la duda.
El virus del relativismo, parece mentira con tanta certeza escrita, ya está en el pueblo. Uno mismo lo siente y se muerde y escupe, muerde y escupe, tratando de parar el veneno por si acaso. A partir de ahora, ¡Ahora Madrid!, ya sólo se trata de removerlo, de sacudirlo desde el interior del globo, como ayer. Podemos ha hecho toda una Transición exprés y unilateral del asunto. Un milagro como si se hubieran escuchado las plegarias de Rita Maestre en la capilla de la Complutense.
La alcaldesa dice, por ejemplo, con toda la normalidad de la democracia que todo lo que prometían eran sugerencias: “¡Qué no, qué era broma!” o el humor negro. ¡Ay! (Carmenos) si Rajoy hubiese aducido para justificar sus incumplimientos electorales que todo eran sugerencias.
La naturaleza sigue su curso y Manuela sigue alumbrando; por ejemplo lo de que las madres limpien en los colegios de sus hijos. Uno, relativista como está, intentando no dormirse no vaya a levantarse convertido en zombi de esta Guerra Española Z, se le viene a la memoria, precisamente, una cita, descontextualizada, de Pablo Iglesias: “…me llama la atención, además, que siendo mujer caigas en este tipo de actitudes machistas…”. ¡Ay (Carmenos) si Rajoy hubiese propuesto que las madres limpien los colegios de sus hijos!
“¡Contexto, contexto!”, imagina uno gritar a la exjuez azuzando a los suyos con una regla en la mano para conquistar, durante los cien primeros días de gobierno, como Roosevelt, todas las percepciones.