Es el viento caprichoso de tardes oscuras el que me trajo hasta aquí. El que mece los pensamientos de quienes pasean de noche con la vista perdida en días que aún no existen.
Curioso eres viento cuando dejas sin refugio al que menos tiene y silbas sin ser feliz. Y yo curioso de mí, me acerco a mirarte tras la ventana romper ramas y algún que otro recuerdo.
Viento eres siempre aire en eterno viaje que hace vibrar la cuerda que araña los corazones. Eres el perpetuo amante despechado que maldice, grita y es ignorado si hay refugio bajo unas sábanas.
Porque tú eres ese viento cobarde que dobla las esquinas con prisa, conocedor del daño que produce a las flores.
Y yo sólo quiero escucharte acariciar mis manos si estiro los brazos para atraparte. Y tú traidor, te deslizas esquivo entre mis dedos como los besos que nunca dimos.
Camino como un alma errante, sin rumbo. Sigo al viento y a las hojas que bailan con él, sin saber a donde voy ni quien soy. Y siempre me pierdo y termino en el mismo lugar. Eres tú.
Y aún así no te odio cuando te miro, eres tú, soy yo. Siempre lo fui. Somos viento que tiene miedo a volar.
