
Diario de una guerra en Europa. Ucrania 2022-2025, 8
(8 agosto, lunes)
Kiev está muy irritado por los referéndums de autodeterminación organizados por Rusia en la Ucrania ocupada. Teme que sea lo que parece: una excusa para la anexión directa, apoyándose en unos resultados con seguridad manipulados.
Siguen las tensiones en el Este, algunas ya históricas. El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha acusado a Polonia de tratar de anexionarse parte del territorio ucraniano y de la propia Bielorrusia, aprovechando la guerra de Ucrania, al tiempo que le ha señalado como el Estado «más agresivo» de Europa y a las autoridades de Varsovia de ser un instrumento de Estados Unidos. Verdaderos ecos de la Guerra Fría.
Sigue la tensión alrededor de la central nuclear de Zaporiyia. Todo lo que pueda afectarle, es una conducta suicida. Mientras, Járkov sigue siendo bombardeado.
En Kiev han sido detenidos dos agentes rusos que iban a atentar contra el ministro de Defensa. La capital ucraniana parece un hervidero de espías de todos los servicios y países, de funcionarios de organismos internacionales, de diplomáticos y observadores, de intermediarios, en fin, de todos los personajes en busca de negocios. Lo propio de una capital en guerra.
Estados Unidos ha anunciado un envío de equipos, armamento y sobre todo municiones a Ucrania. Los misiles Javelin, los lanzacohetes HIMARS y los morteros de 120 mm podrán emplearse con generosidad. ¿Lanzarán ahora los ucranianos la anunciada ofensiva contra Jersón? Aún queda mucho verano.
(9 agosto, martes)
Parece que las fuerzas de Kiev han bombardeado el aeródromo ruso de Saky, en Crimea, Una acción espectacular que supone llevar la guerra fuera de Ucrania. Moscú ha señalado que lo sucedido ha sido un accidente por una imprudencia. Una explicación propia de la habitual agitprop del Kremlin.
(10 agosto, miércoles)
Siguen los combates en el Donetsk y Lugansk. Los rusos completan la ocupación de dos localidades en ambas regiones, pero el frente se mantiene fijo en Donetsk, donde Kiev todavía controla casi la mitad de su territorio
(11 de agosto, jueves)
Llegan imágenes que recuerdan a Katyn, tanto a los documentales y fotografías del año 1943, como a las escenas de la película de Andrzej Wajda, cuyo padre estaba en las fosas. Solo les diferencia el color de estas imágenes y el blanco y negro de aquellas. En Bucha un sacerdote bendice unos ataúdes con cadáveres de civiles asesinados y torturados por los rusos, recuperados de unas fosas comunes. Este asunto va a pesar y a condicionar muchos aspectos de la guerra y de las relaciones futuras entre Rusia y Ucrania.
Fuentes occidentales confirman el ataque ucraniano a la base aérea de Sakí, en el que se destruyeron nueve aviones Sukhoi 24 y Sukhoi 30. Kiev ni afirma ni desmiente. Las espectaculares imágenes de la incursión difundidas por la empresa estadounidense Maxar Technologies no dejan lugar a dudas, pero lo curioso es que no se sabe cómo ha sido ni que medios se han utilizado. Se descartan misiles y por supuesto medios aéreos. Además, los HIMARS no tienen alcance suficiente así que parece que han sido fuerzas especiales ucranianas que han contado con apoyo de la población de Crimea. Una acción que deja en evidencia de nuevo a Rusia y a su seguridad.
Inauguración de una exposición en Lvov de material ruso capturado. Ya en 2016 pude ver frente a la Ópera una pequeña muestra de lo tomado en el Donbás. Sigue la propaganda al compás de la guerra.
(12 de agosto, viernes)
Como hizo la Alemania nazi con la siniestra Brigada Dirlewanger de las SS, formada a partir de convictos y empleada en la represión de partisanos soviéticos y en el levantamiento del gueto de Varsovia en 1944, ahora, según fuentes ucranianas, Rusia estaría formando unidades integradas por presidarios. Reciben un salario importante y a los seis meses se les concede el indulto, si sobreviven. Una burla al imperio de la ley y un riesgo social, pues este tipo de fuerzas solo sirve para la guerra sucia, para la represión pura y dura, para la represión de retaguardia en funciones de Einsatzgruppen. El empleo de ciertas fuerzas revela la concepción del enemigo por parte del que las envía. Si los nazis habían cosificado a judíos y soviéticos, convertidos en untermenschen, como demuestra la actuación de la Brigada Dirlewanger, ahora el empleo de estos presidiarios rusos, que son la hez del mercenariado, contra los ucranianos y tras lo sucedido en Bucha e Irpín, lleva a resucitar los fantasmas más siniestros de Europa. Por si fuera poco, a estas tropas rusas se unen los mercenarios de la Compañía Wagner, que parece son cada vez más numerosos en las filas de las fuerzas rusas desplegadas en Ucrania.
Continúan los combates intensos Donbás y el bombardeo de las ciudades por parte de los rusos.
Parece que este es el verano más caluroso desde que existen registros. La polémica acerca del cambio climático, que da idea de cómo está en España de enconado el ambiente, parece que ha perdido intensidad dada la evidencia. Hoy el asunto del clima se ha convertido en una cuestión ideológica, el veneno de la razón.
(13 agosto, sábado)
Continúa la expansión del conflicto: En el aeropuerto militar de Ziabrovka, en Bielorrusia, a unos pocos kilómetros de la frontera con Ucrania, se han escuchado explosiones que Minsk afirma se deben a un “incidente técnico”. La guerra, sea abierta o subterránea, ronda a una Bielorrusia entregada a Moscú.
Kramatorsk está siendo bombardeado con intensidad, y la central nuclear de Zaporiyia sigue estando bajo el fuego cruzado de rusos y ucranianos. Ambos se culpan de lo que pudiera pasar, algo que supondría una catástrofe. Europa está corriendo todos los riesgos imaginables, incluidos los derivados de un nuevo y más intenso Chernóbil.
Por primera vez en casi un mes ha refrescado. El verano está siendo de crónica medieval o de terrores apocalípticos.
(14 de agosto, domingo)
Entrevista con la antigua primera ministra ucraniana, Yulia Timoshenko. Apoya a Zelenski en el contexto de una suerte de Unión Sacrée coyuntural, pues habla de las reformas que habrá que hacer después de la guerra. Su conclusión acerca de Putin, a quien ha tratado, es la de un personaje extraordinariamente ambicioso que quiere cambiar el orden mundial y sustituir la hegemonía de Occidente por la del grupo de los BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Parece que las fuerzas ucranianas están intentando remediar el error de no haber volado los puentes sobre Dniéper –hay periódicos que se obstinan en la cursilada de escribir Dnipró, obviando la versión castellana– en los primeros días. Ahora los cohetes HIMARS parece que están siendo efectivos pues han dañado los tres puentes, afectando el tráfico de vehículos y ferrocarril, lo que deja en una situación difícil a las fuerzas rusas de Jersón.
El presidente Zelenski tiene razón en destacar como el bombardeo de las ciudades ucranianas es ininterrumpido, diario. Ya ni siquiera son noticia, como tampoco lo es el número de muertos que causan. La táctica de Rusia es asesina, cercana a la guerra total. Es la versión bélica del putinismo.
Cada vez se espera con más expectación la llegada del invierno. Las operaciones serán más complejas y la situación de la población más difícil debido al frío y a la previsible subida de precios de los alimentos, cuando no su escasez, lo que afectará la moral de los europeos.
La diversidad de la artillería ucraniana, especialmente obuses, es intensa. Está formada por los M 777 americanos, los FH70 italianos, los Caesar franceses, los M109 noruegos, los Krab polacos los PzH 2000 alemanes, los Zuzana eslovacos todos de calibre 155 mm (el calibre OTAN). Demasiada variedad que produce problemas de abastecimiento y mantenimiento.
(15 de agosto, lunes)
Noticia de la explosión en Crimea de un depósito de armas ruso. Así, sin más. ¿Es fruto de una incursión ucraniana o de misiles?
(16 de agosto, martes)
Según Kiev, ayer las fuerzas ucranianas han destruido una base del grupo Wagner en Crimea. Probablemente, ha sido fruto de un ataque de fuerzas especiales.
(17 de agosto, miércoles)
La destrucción en Crimea de un depósito de municiones parece que es a causa de una incursión ucraniana. Todo sin confirmar, aunque Rusia reconoce lo que llama un accidente.
Riesgo de fuga radioactiva en la central nuclear de Zaporiyia. La preocupación cada vez es mayor. Claramente los rusos persiguen su cierre, lo que supondría dejar a Ucrania prácticamente sin electricidad. La guerra de Ucrania es ya una guerra de la energía que afecta a Ucrania y a sus aliados europeos.
(18 de agosto, jueves)
Intenso bombardeo ruso sobre Járkov con numerosos muertos entre la población civil.
(19 de agosto, viernes)
Se repiten los bombardeos sobre Járkov en una intensificación de las operaciones en la zona. El número de muertos es grande. Sin embargo, lo más destacado es la voladura de varios depósitos de municiones en territorio ruso, sin duda a causa de incursiones ucranianas de las que aún no ha trascendido nada.
Conferencia en Lvov entre Erdogan, Zelenski y Antonio Guterres. El presidente ucraniano ha dejado claro que las conversaciones de paz con Rusia solo se iniciaran tras su retirada de Ucrania, incluida Crimea, una posibilidad que desde Occidente se sabe es imposible. El fin de la guerra todavía está lejos.
Las explosiones del pasado día 9 en la base aérea rusa de Saky, en la península de Crimea, pueden haber puesto «fuera de servicio» a más de la mitad de la flota de cazas de combate de la Armada rusa en el mar Negro, según la agencia Reuters. Si se confirma la noticia, es un nuevo golpe para Rusia, del que su población no tiene información.
Articulo banal, y más a estas alturas, en El País acerca de Vassili Grossman y su Vida y destino, «esencial para entender mejor lo que está sucediendo en Ucrania» (sic). Una sosería que lo único que hace es un recorrido biográfico por la vida del escritor.
(20 de agosto, sábado)
Por fin se revela lo sucedido en el ataque a Saky. De nuevo parece que ha sido mediante el empleo de drones como los ucranianos han atacado los objetivos rusos en Crimea. Ni aviación, ni misiles, ni comandos de elite. Han sido drones los medios empleados. El protagonismo de estos aparatos es cada vez mayor en esta guerra.
Los centros de almacenamiento de material y armamento, los puestos de mando y las vías de comunicación son los objetivos de las fuerzas ucranianas sea con drones, misiles o bien operaciones de guerrilleros ucranianos en territorio ruso. Hoy ha sido la sede del Estado Mayor de la Flota rusa del mar Negro, un ataque con pretensiones de descabezar a las fuerzas rusas y desmoralizarlas. Los turistas rusos han salido de Crimea, evidentemente zona insegura, con la advertencia de no divulgar detalles.
La ineficacia de las defensas antiaéreas y de la aviación rusa sorprende. Quizás la marcha de la guerra, estabilizada en algo parecido a una guerra de trincheras en los dos frentes, se explique ahora. Rusia está mostrando unas carencias tremendas que permiten entender mejor la táctica tan pedestre del bombardeo sistemático e indiscriminado de las ciudades, sea con misiles o con artillería, del asedio y destrucción, y la ausencia de maniobras
Se entiende que estos ataques inesperados de los ucranianos en el interior de Crimea desmoralicen a los rusos. Parece que el objetivo de Ucrania es destruir el simbólico puente de Kerch que une Crimea con Rusia, inaugurado por Putin hace unos años. Todo en el ejército ruso produce la misma sensación de fragilidad e improvisación que en los años de la Unión Soviética.
(21 de agosto, domingo)
Definitivamente, la seguridad del territorio ruso no está garantizada. Ya no solo son los ataques a objetivos militares en Crimea, sino también a civiles en el propio Moscú. Un atentado por medio de una bomba colocada en el automóvil contra el ideólogo del Kremlin y paladín del eurasianismo, Alexander Duguin, ha acabado con su hija. Un golpe más contra Moscú que alcanza a una de las personalidades más cercanas a Vladimir Putin, y una más que probable respuesta ucraniana al bombardeo sistemático e indiscriminado de sus ciudades por Rusia, a pesar de la previsible desvinculación de Kiev del atentado.
Los frentes están estabilizados mientras las acciones se trasladan la retaguardia.
Hay temor en Ucrania por la reacción de Rusia ante la celebración del día de la independencia.
Las fuerzas ucranianas han detenido un ataque ruso hacia las ciudades de Sloviansk, Kramatorsk y Avdivka, en el frente del Este. En el sur, en Jersón, los ucranianos han destruido un depósito de municiones, un ataque más a los segundos escalones que es la táctica seguida por los ucranianos, quienes parece que carecen de recursos para lanzar una ofensiva para recuperar la ciudad. Es un tipo de guerra indirecta que combina la guerra convencional con algunas tácticas de insurgencia, de guerrilla. Kiev sabe que es esencial evitar el choque directo, mantener las capacidades y aumentar la efectividad de sus fuerzas.
Exposición móvil en Kiev de los restos de la columna de blindados rusos que debía haber tomado la capital en los primeros días de la guerra y que fue destruida por los ucranianos. El recorrido entre los blindados capturados, ahora oxidados y mostrando el impacto de los proyectiles, es una farsa que tiene como objetivo ridiculizar a los invasores y elevar la moral de los ucranianos. Es una combinación de performance y obra bufa, como una moderna farsa de Ávila, cuyo protagonista es el ejército ruso e incluso el propio Putin.
(22 de agosto, lunes)
Hoy se cumplen seis meses de guerra. Prefiero no recordar, aunque siguen muy vivos, los días en los que comenzó. Los artículos se suceden en todos los periódicos dedicados a analizar el conflicto, En ningún caso pensé que este diario se alargara tanto en el tiempo.
Si en Ucrania cabe hablar de una especie Unión Sagrada tras el gobierno del presidente Vladimir Zelenski, quien cuenta con todo el apoyo de la población y de Occidente, por el contrario, es difícil saber lo que sucede en Rusia. Hay quien señala una división de la sociedad casi equilibrada entre los que apoyan la guerra y los que la rechazan, pero otras fuentes insisten en lo minoritario de la oposición a Putin y a la Operación Militar Especial. El futuro puede ser más incierto para Rusia que para Ucrania, siempre y cuando se mantenga el apoyo occidental a Kiev, especialmente el de Washington, esencial para resistir. En Moscú, el estancamiento del conflicto, las crecientes bajas sufridas, las sanciones económicas, el aislamiento, probablemente extenderán el descontento y la oposición a una guerra de la que Putin, al día de hoy, bajo ningún concepto está dispuesto a renunciar a la victoria que los ucranianos no pueden aspirar.
La baza de Rusia, como señala Jesús Núñez Villaverde en un artículo tan reducido y conciso como acertado, es el tiempo, esperar la llegada del invierno y emplear a fondo la llamada ya «arma energética». Es decir, la reducción, si no supresión, de los suministros de gas y petróleo a Occidente, lo que ocasionará tanto escasez como subida de precios. En esta situación confía Moscú que el apoyo indiscutido prestado a Kiev por Europa se convertirá en distanciamiento y en presión para llegar a un acuerdo con Rusia que ponga fin a la guerra, aunque suponga la cesión de Crimea y el Donbás por parte de Ucrania. Unas previsiones que, al día de hoy, dada la determinación de Kiev a recuperar todo el territorio ocupado, dista de ser posible, aunque no hay que olvidar que Macron es un verso libre respecto de Rusia, una tradición francesa, que Italia está sumida en una crisis política y que la tensión entre Serbia y Kosovo, sin duda alentada por Rusia, ha rebrotado causalmente estas semanas. Sin olvidarnos del trumpismo americano, crítico con el intervencionismo del demócrata Joe Biden. A medio plazo puede haber cambios de importancia.
Más evidente ha sido la transformación del escenario de la seguridad europea a raíz de la invasión de Ucrania. La OTAN y la Unión Europea han visto crecer su influencia con la admisión exprés de Finlandia y Suecia en la Alianza Atlántica, y de Ucrania en la UE. En lo que se refiere al panorama militar, nos encontramos con una situación estabilizada, de frentes fijos en el Este y Sur, a lo largo de 1300 kilómetros, en la que la todopoderosa Rusia no ha conseguido sus objetivos iníciales, aunque haya llegado al Dniéper y ocupados territorios valiosos como Mariúpol y sobre todo Jersón. Precisamente, es en esta ciudad, donde hoy las tropas rusas, formadas por alrededor de 25.ooo efectivos, están prácticamente cercadas por las fuerzas ucranianas que tienen como objetivo prioritario la recuperación de la ciudad.
Probablemente no tardará en estabilizarse la guerra de manera indefinida, sin apenas choques, como sucedió en el Donbás y en el conflicto entre Irán e Irak en los largos años que van de 1980 a 1988, en el que, tras una fase inicial de movimientos, llegó una insólita y desfasada guerra de trincheras en la que ambos bandos emplearon tácticas y armamento de setenta años antes: alambradas, masas de infantería, ametralladoras, concentración de artillería. Las semejanzas con la Gran Guerra llegaron al extremo de emplearse gas mostaza, sin renunciar a los modernos misiles balísticos y a la aviación, que tenían como objetivo tanto a las ciudades como a las fuerzas enemigas. Un compendio de los métodos y armamentos de todas las guerras del siglo.
Continúan los bombardeos rusos sobre ciudades ucranianas, como es habitual. y de los ucranianos sobre los puentes que conducen a Jersón, aislando aún más a las fuerzas rusas que ocupan la ciudad.
Desde algunos medios se sugiere que el atentado contra Alexander Dugin que ha acabado con su hija Daria Dugina, ha sido fuego amigo. Las tensiones en forma de presión y critica de los ultranacionalistas al gobierno de Putin, al que acusan de debilidad ante Ucrania, estarían detrás de un atentado que se habría organizado desde el Kremlin. Teorías conspiratorias, sí, pero no hay que olvidar la inclinación hacia el envenenamiento o el tiroteo de opositores que ha desplegado el gobierno de Putin. En este caso todo es posible, hasta intentar acabar con uno de los inspiradores del putinismo.
Ha durado poco la incertidumbre acerca de la autoría del atentado contra Dugina. A media tarde, el FSB, sucesor del KGB ha señalado a los servicios de seguridad ucranianos como responsable del atentado que ha matado a la hija de Dugin, una propagandista del genocidio ucraniano como su padre. Incluso, en un alarde de supuesta eficacia, ha difundido la identificación de la autora, una agente ucraniana de 43 años, de la que dan el nombre y datos personales, que habría alquilado con su hija pequeña un apartamento en el edificio de Daria Dugina. Tras detonar la bomba, la autora, a la que, en un golpe de efecto, se vincula precisamente con el Batallón Azov, habría huido a Estonia desde Moscú en un viaje de doce horas por territorio ruso sin ser interceptada. Sorprende tanto dato en tan poco tiempo y tan poca efectividad de los servicios secretos rusos de contraespionaje, tanto que es inevitable mostrar cierto escepticismo acerca de la información. ¿Cómo es que Rusia no cerró las fronteras con los países bálticos? Sea como sea, ahora la guerra está en el interior de Rusia. Tras los ataques a Crimea, ciertamente la guerra ha entrado en una nueva fase.
A última hora del día ya han saltado las dudas a los periódicos acerca de la versión rusa de la autoría del atentado de Daria Duguina, en la que se acusa a la agente ucraniana Natalia Vovk. El País publica un artículo de Cristian Segura, corresponsal en Ucrania, en el que señala como la información publicada acerca de Natalia Vovk procede de unas páginas de internet de un ucraniano prorruso, al tiempo que muestra sus dudas acerca de la autenticidad de los documentos de identidad mostrados por Rusia, en los que hay pruebas de manipulación. Casualmente, el atentado y la acusación contra Ucrania, que niega cualquier implicación, ha tenido lugar cuando se plantea el debate y la tensión acerca del juicio en Donetsk de los prisioneros del Batallón Azov que se rindieron en Mariúpol a las fuerzas rusas. Todo apunta a una causa, a una historia y a un beneficiario.
(23 de agosto, martes)
Siguen las especulaciones tras el atentado contra Daria Dugina. Ahora se apunta a una conspiración de los oligarcas, descontentos con la guerra, de manera que sería un aviso a Putin. Ucrania continúa negando su implicación y acusa a los servicios secretos rusos del atentado. El funeral de la joven y muy radical Daria Dugina ha sido prácticamente un funeral de Estado en el que se han dado suelta a todos los delirios nacionalistas, a la justificación de la invasión y a llamadas al genocidio de los ucranianos por parte del propio Alexander Dugin.
Insiste Zelenski en que la guerra solo acabará con la recuperación de Crimea y del territorio ocupado por Rusia. Todo ello aleja el final de las hostilidades. Es evidente que las declaraciones de Zelenski son casi una obligación para mantener la moral ucraniana, pero creo que todo el mundo sabe que es un objetivo prácticamente imposible, pues Rusia no se va a retirar de los territorios conquistados. Ucrania no tiene capacidad para emprender una ofensiva que exige emplear y coordinar aviación, artillería, carros, información, municiones…, para expulsar a los rusos.
En el futuro, la posibilidad de una presión sobre Zelenski para obligarle a sentarse en la mesa de negociaciones es más que probable si la escasez de energía y la subida de precios desatan la crisis económica y el malestar en Europa. Aunque quizás en otoño Rusia intente lanzar una ofensiva para ocupar el Donbás y Járkov antes del invierno, la posibilidad de una estabilización de los frentes y la conversión de la guerra en un conflicto latente, es muy grande.
(24 de agosto, miércoles)
Las declaraciones de Anthony Blinken, Secretario de Estado americano, animando a Zelenski a reconquistar el terreno perdido incluida Crimea, como paso previo para acabar la guerra, creo que debe verse como una manifestación de apoyo a Kiev y de presión a Rusia en momentos difíciles antes que como un deseo real. Las exigencias de armamento que tienen los ucranianos para llevar a cabo una operación de ese tipo, que no sabemos cómo finalizaría, supone una implicación y un esfuerzo de Occidente que es difícil de valorar y de contemplar. Conviene recordar que la retórica y la propaganda son armas poderosas y que estas declaraciones de Blinken se hacen un contexto muy concreto sin ir acompañadas de hechos. Con declaraciones como estas se entiende las realizadas por Zelenski en las que dice que ya no se habla de paz sino de victoria. Es retórica derivada.
En Rusia, como es habitual, no hay oposición a la guerra. El miedo de la población y la represión desatada contra quienes en los primeros días se oponían a la Operación Militar Especial, no deben hacer olvidar que el apoyo a Putin está bastante extendido. Se puede dudar lo que se quiera, pero, como en la Alemania hitleriana durante los años de la guerra, no hay rastro de rechazo al gobierno. A veces da la sensación que al hablar de la situación en Rusia, los medios y los expertos confunden la realidad con sus deseos.
Los rusos están empleando viejos tanques T-62, lo que da idea de las pérdidas sufridas y de las limitaciones que tienen para reponerlos. Sigue sorprendiendo la baja calidad del material ruso, lo que se achaca a la corrupción y al empleo de productos inadecuados. Todo apunta a que Rusia es de nuevo una potencia de decorado, un Estado propio del ministro Potemkin, donde la cantidad intenta tapar la falta de calidad, como sucedía en la URSS.
La celebración del aniversario de la independencia de Ucrania, de los seis meses de guerra y del atentado contra los Duguin, hacen temer unas represalias extremas por parte de Rusia.
Según Kiev, la práctica interrupción de los ataques rusos, reconocida por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, así como el avance ucraniano desde el mes de julio, obedece al agotamiento de las fuerzas de Moscú, desmotivadas y sin tropas de refresco para relevar a las desplegadas. Se insiste en que a Ucrania le sobran hombres entrenados y motivados y le falta armamento mientras que a Rusia le sucede lo contrario. Parecería que la iniciativa rusa se debilita coincidiendo con acciones de Ucrania que, sin ser una ofensiva en toda regla, ha lanzado ataques puntuales, aunque aún no haya recuperado el territorio. Todo apunta a una situación de estabilización que no de paz, ni siquiera de alto el fuego. va a ser una guerra crónica. De hecho, ya lleva ocho años, pues en realidad la guerra de Ucrania empezó en el Donbás en 2014.
Al contrario que en Ucrania, donde la efectividad de los sistemas antiaéreos ha impedido la actividad de la aviación rusas, las defensas rusas en Ucrania son tan deficientes que han permitido los ataques de la pasada semana, parece que realizados con drones.
El alcalde de Mijailivka, ciudad al norte de Zaporiyia ocupada por Rusia, ha muerto en un atentado. Las represalias continúan implacables, de manera que radicalizarán si cabe todavía más a la población ucraniana más o menos prorrusa, que existe y es importante.
Bombardeo ruso de la estación de Chapline, cerca de Dnipró, con numerosos muertos civiles.
El verano, obsesivo, africano e implacable, persiste. La limitación energética ya ha entrado en vigor reduciendo la intensidad del aire acondicionado. Es un anticipo de lo que puede suceder en invierno.
(25 de agosto, jueves)
Una idea de cuál es el estado de la moral de las tropas rusas, la proporciona la noticia que publica Le Monde acerca del diario llevado a cabo por un soldado Pavel Filatiev, quien estaba destinado en el sector de Jersón. Filatiev ha logrado salir de Rusia tras recuperarse de las heridas sufridas en el frente. En su diario, titulado ZOV, ha recogido la baja moral y el estado lamentable de las tropas, sucias, hambrientas y mal equipadas a las que nadie informaba de lo que sucedía. Todo era barro, frio y hambre. ZOV, que significa llamada en ruso y también son las tres letras que pintan los rusos en sus vehículos para su identificación, es uno de los primeros testimonios sobre la guerra desde el bando ruso que se han publicado sin las limitaciones de censura. Tras la publicación de su diario en Francia, que no creo tenga eco editorial en España, el futuro de Pavel Filatiev aparece un tanto oscuro dado el largo brazo del FSB en todo el mundo.
Continua el riesgo de fuga radioactiva de la central de Zaporiyia en manos rusas, que acaba de ser desconectada de la red ucraniana. El suministro de electricidad a Ucrania se reduce enormemente dada la dependencia de la que es la central nuclear más grande de Europa, que abastece a todo el país. Una dificultad añadida para Kiev y un riesgo para Europa.
Según las noticias, la economía ucraniana se encuentra en una crisis económica profunda. Su PIB ha caído en un 30%, según los más optimistas. Otras fuentes hablan de un 45%. Sea como sea, las exigencias de ayudas occidentales por parte de Ucrania se amplían a otros campos diferentes del militar.
(26 de agosto, viernes)
Enorme riesgo de accidente nuclear en Zaporiyia al desconectar los rusos un reactor. Es un asunto peligroso en extremo que puede desencadenar lo irreparable.
Putin ha decidido incrementar los efectivos del ejército el próximo año. En el frente de Ucrania, las fuerzas rusas desplegadas se han reforzado con mercenarios contratados por empresas de seguridad privadas como Wagner y con el reclutamiento forzoso en las provincias de Donetsk y Lugansk. Unos efectivos de calidad más que discutible que contribuyen a explicar el fracaso ruso.
El Papa Francisco se ha referido a Daria Dugina como «otra pobre víctima inocente de la guerra», lo que ha indignado a Kiev, quien le ha recriminado que no haya recordado a los centenares de niños ucranianos muertos, que son verdaderamente inocentes. En la guerra, los adjetivos siempre dependen del bando.
De nuevo el presidente de Bielorrusia agita el panorama al declarar que está modificando sus aviones de combate para transportar unas armas nucleares que no tiene. Todo sazonado con mensajes amenazantes a la fronteriza Polonia, el halcón de Europa frente a Rusia.
Kiev anuncia la destrucción del puente Darivka, en Jersón, lo que aísla aún más a las tropas rusas desplegadas en la ciudad. Parece que ni Rusia tiene capacidad para rechazar la amenaza ucraniana, ni las fuerzas de Kiev tienen fuerzas para recuperar la ciudad. Es un equilibrio impuesto por las limitaciones de ambos bandos.
La situación resultante en Corea en 1953, tras los acuerdos de alto el fuego y el estado de guerra latente en el que viven los dos países desde entonces, puede repetirse en Ucrania. Quizás sea el modelo para la Ucrania del futuro.
(27 de agosto, sábado)
Se multiplican los pronósticos apocalípticos para el invierno que viene: frio por la escasez de energía, crisis económica e inflación. Recomendaciones como la realizada por el gobierno suizo de hacer acopio de velas por lo que pueda pasar, o la insistencia de Alemania en ahorrar energía ahora en verano para hacer frente al frío, crean un ambiente de inquietud e incredulidad.
(28 de agosto, domingo)
Desde hace unos días se han incrementados los combates en el Donbás con movimientos de ambos bandos, aunque no dejan de ser locales.
En Europa hay tensión en varios países por razones diferentes, desde la ola de calor, la sequía y los incendios, a las previsiones de futuro, la tensión en el norte de África con Marruecos y Argelia, por un lado, y Libia por el otro. Italia, España, la propia Francia, ni siquiera Finlandia, atraviesan sus mejores momentos,
La guerra de Ucrania va a pasar a la historia por ser la primera guerra de los drones y la primera en la que los carros de combate, la aviación y los helicópteros han perdido importancia. Una circunstancia que cobra importancia al ser un conflicto convencional y en campo abierto.
El peligro de accidente o de fuga radioactiva en la central de Zaporiyia no disminuye.
(29 de agosto, lunes)
Por fin ha sucedido: el mando militar ucraniano anuncia el comienzo de una ofensiva contra las posiciones rusas en Jersón con el objetivo de recuperar la ciudad. Es la operación que se lleva esperando desde hace tiempo y cuyos prolegómenos hemos visto en semanas atrás. Probablemente, los movimientos rusos en el Donbás en los últimos días tenían por objeto distraer fuerzas ucranianas del frente Sur para evitar la ofensiva ucraniana. Esta se desata cuando la mayor parte de los puentes que comunican la ciudad están destruidos, de manera que las fuerzas rusas, casi copadas, no pueden recibir ni suministros ni refuerzos con fluidez. Las primeras noticas hablan de un ataque a gran escala con el empleo de medios pesados que habría tenido éxito, destruyendo un regimiento de la República Popular de Donetsk y unidades de paracaidistas rusos.
Continúa la tensión en Zaporiyia, sometida a algún ataque. Los dos bandos se acusan de poner en riesgo la central. No sabemos el peligro que corre Europa. Solo le faltaría a este continente otro Chernóbil corregido y aumentado
Un antiguo diputado ucraniano del partido de Zelenski pasado al bando ruso ha sido asesinado en Jersón sin duda por partidarios de Kiev. Es una manifestación más de la guerra civil encubierta que se desarrolla en Ucrania donde, no se nos debe olvidar, existe un sector de población prorruso muy numeroso, al menos antes de la guerra. Un grupo que sin duda no ha desaparecido.
(30 de agosto, martes)
Como se sospechaba, algunas voces señalan que la mayor parte de los países ignoran las sanciones a Rusia comerciando con ella, lo que limita su eficacia.
Parece que Moldavia está sorteando su implicación en el conflicto, que hace meses veíamos inevitable. La detención del avance ruso en el sur, con la salvación de Odesa, sin duda ha sido determinante para la tranquilidad de Chisinau.
La ofensiva ucraniana contra Jersón parece que avanza hacia la ciudad, donde hay enfrentamientos y de donde se dice que ha huido el gobernador nombrado por los rusos. De momento, las informaciones son confusas y naturalmente contradictorias. Es propaganda de guerra en estado puro.
Cada vez son mayores los problemas para reclutar tropas en Rusia a causa de no haberse declarado el estado de guerra, que permitiría el reclutamiento obligatorio de los profesionales y aumentar su número. De momento, el ejército ruso está obligado a limitarse a recibir voluntarios, cada vez más escasos. Los mercenarios y los presidiarios parece ser que son una cantera de soldados para suplir las necesidades. Por preparación y motivación, creo que n0 son el tipo de tropas adecuadas para la guerra que se avecina.
Maniobras militares de Rusia con la colaboración de China en el Lejano Oriente ruso, celebradas en plena ofensiva ucraniana. Un esfuerzo más por mostrar capacidades que no se tienen y una normalidad que no existe. También una muestra de la aproximación entre China y Rusia.
Ha muerto en Moscú Mijaíl Gorbachov, apartado, olvidado y casi repudiado por el régimen de Putin. También tenía noventa y un años. No sé qué pensaría de esta nueva Rusia de Putin en la que lo peor de lo viejo está tan vivo. Pero sí sabemos lo que piensan los rusos de hoy: le consideran el culpable del final del imperio, de la pobreza que persiste, del poder de los oligarcas, de la conversión de Rusia en un país pobre a la que además Occidente le impuso un desarme que le arrebataba su condición de potencia. La acogida del nacionalismo irrendentista de Vladimir Putin de hoy, que impulsa su política exterior de reconstrucción del espacio de la antigua URSS así como la invasión de Ucrania, explican la distancia con la que se contempla la muerte de Mijaíl Gorbachov, un hombre de otra época. De la Guerra Fría.
(31 de agosto, miércoles)
Sigue la conmoción el Occidente por la muerte de Mijaíl Gorbachov, el superviviente de los años del final de la Guerra Fría. Las declaraciones de Vladimir Putin acerca del personaje han sido de una extrema frialdad, sumamente reveladora.
Rusia emplea abiertamente el arma energética. Argumentando unas improbables razones técnicas, Gazprom ha cerrado el suministro de gas a Alemania supuestamente durante tres días. Veremos que sucede.
Continúa la ofensiva ucraniana en el área de Jersón, Berislav y Kajovka, donde parece que logra algún avance, que naturalmente niegan las fuentes rusas.
SEPTIEMBRE
(1 de septiembre, jueves)
Un nuevo mes de guerra y un nuevo mes de diario. Nadie esperábamos llegar a esto. Han sido siete meses y ahora comenzamos el octavo. Al principio, las previsiones de extensión de este diario eran de un mes, quizás algo más, pero nunca más allá de sesenta días. Nadie pensaba que se iba a repetir en el antiguo territorio de la Unión Soviética una guerra más convencional y abierta que las de los Balcanes, en la postguerra fría.
Aún recuerdo la estupefacción de todos los que asistimos al comienzo del conflicto en Yugoslavia, en junio de 1991, al declararse independiente Eslovenia tras un enfrentamiento de diez días con las fuerzas a las órdenes de Belgrado. Fue un conflicto corto y poco sangriento, pero que supuso el regreso de la guerra abierta a Europa desde 1945, si exceptuamos el episodio de la intervención soviética en Budapest de 1956 para ahogar la rebelión húngara, o los choques armados en el Cáucaso y Moldavia, poco antes de desaparecer la URSS. Después de Eslovenia llegarían los conflictos más intensos y despiadados de Serbia, Croacia, Bosnia y Kósovo, que durarían diez años, entre 1991 y 2001, reviviendo situaciones que se creían ya de otra época. Unas guerras balcánicas que confirmaban que el final de la Guerra Fría no era el comienzo de la paz en Europa.
Siguen las repercusiones por la muerte de Mijaíl Gorbachov y rebrotan los análisis del fin de la Guerra Fría y de la URSS. Se ha recuperado la cuestión del sentimiento de frustración y de derrota que surgió tras la caída de la Unión Soviética, acompañada de pobreza y escasez; una situación que fue muy parecida a la de Alemania de Weimar después del Tratado de Versalles. De acuerdo con esto, la comparación de Vladimir Putin con Hitler y la de Mijaíl Gorbachov con Friedrich Ebert o Matthias Erzberger, es inevitable. Lo que sí que hay hoy día entre los rusos es rechazo hacia la forma en que finalizó la Guerra Fría y los acuerdos firmados entre Estados Unidos y la URSS, a los que se considera un engaño. La Rusia postcomunista considera que el fin de la Guerra Fría como un acontecimiento a olvidar. De hecho, casi nadie en Rusia valora el fin del comunismo como un acontecimiento positivo, comenzando por Putin, quien considera la caída de la Unión Soviética como la mayor catástrofe del siglo XX.
Los acontecimientos en Rusia siguen por la senda tenebrosa. Ravil Magánov, presidente de la petrolera Lukoil, una de las pocas compañías rusas que se opuso a la operación contra Ucrania, ha muerto en extrañas circunstancias tras caer de la ventana de un sexto piso en un hospital de Moscú. Asusta la noticia y asusta más recordar que es el décimo oligarca ruso muerto tras la invasión de Ucrania. Cabe pensar que ninguno era muy partidario de la Operación Militar Especial.
(2 de septiembre, viernes)
Los ministros de finanzas del G-7 han acordado imponer un tope al precio del petróleo ruso con el objetivo de reducir los ingresos de Moscú para financiar la guerra de Ucrania. La reacción de Moscú no se ha hecho esperar. Primero, amenaza con suprimir la venta de crudo a Occidente, al tiempo que Gazprom ha cerrado el gasoducto Nord Stream 1. El gas estadounidense es el que abastece de Europa pero, al ser licuado, su precio es muy alto. La guerra enriquece a unos y empobrece a otros. De momento, el frente energético es el más activo.
Polémica en Francia. Ségolène Royale, la antigua líder y candidata presidencial socialista, niega las masacres rusas en Ucrania, concretamente las de Bucha e Irpín, y acusa a Zelenski de organizar una farsa. El revuelo ha sido grande. Verdaderamente la deriva de algunos personajes es curiosa y reveladora de algunos acontecimientos de su carrera política. Hace dos décadas, Royal era la gran esperanza de la izquierda en Francia y un modelo de política moderna cuya imagen, atractiva e interesante, ocupaba todas las portadas. ¿Qué se ha hecho de todo eso?
La falta de noticias de la ofensiva ucraniana es deliberada. El gobierno de Kiev ha prohibido la presencia de periodistas y ha confirmado que no va a dar ninguna información acerca de las operaciones. Las escasas noticas hablan de combates muy encarnizados, aunque según fuentes americanas las fuerzas ucranianas avanzan muy discretamente. El ataque se ha producido cuando los rusos ya han concentrado numerosas fuerzas, reforzando sus líneas. Si en los próximos días no hay novedades, habría que hablar si no de fracaso, si de estabilización del frente.
(3 de septiembre, sábado)
Rusia ha cortado el gas del que se abastece Europa con la primera, y ligera, caída de temperaturas. La amenaza se ha consumado. Una amenaza que se suma a la del posible accidente nuclear en la central de Zaporiyia. Un panorama alarmante.
Los tres frentes abiertos en el Norte, Este y Sur de Ucrania siguen activos. En Járkov, los bombardeos siguen sin cesar desde los comienzos de la guerra, así como la amenaza de un ataque ruso contra la segunda ciudad de Ucrania. En el Donbás los rusos han sido detenidos y se ha estabilizado el frente tras los avances de principios del verano. En el sur, los combates alrededor de Jersón continúan sin que lleguen noticias de su evolución. Son tres frentes de bastante extensión que exigen recursos para romper el equilibrio que ni uno ni otro bando tienen.
(4 de septiembre, domingo)
Hoy ha publicado Diario de Sevilla el articulo Putinismo, que es también una reseña del libro de Michel Eltchaninoff, que les mandé hace unos días.
La tensión ante la presumible escasez de gas aumenta en toda Europa, y aunque, como diría D’Annunzio, el verano aun no declina. todo el mundo teme la llegada del invierno. El rudo Salvini ya se ha apresurado a señalar que las sanciones a Rusia han sido un error. Preludia la división de Europa. Macron, distante de la unidad frente a Rusia, insiste en que la negociación no se debe descartar.
Un artículo del almirante americano James Foggo acerca de las limitaciones de la flota rusa del Mar Negro, ayudan a entender el conflicto. La enérgica acción ucraniana traducida en el hundimiento del Moskva y del transporte Saratov, la efectividad de sus drones turcos Bayraktar y de los misiles lanzados desde tierra, ha anulado a la flota de Moscú, que se une a las limitaciones de la aviación. Estas razones han impedido un ataque anfibio sobre Odesa y Mikolayiv y han permitido que Ucrania emplee esas fuerzas en otros lugares. En la actualidad los navíos rusos apenas se alejan de sus bases más allá de unas decenas de kilómetros, temerosos de los ataques ucranianos. Más o menos lo que sucede con la aviación, siempre temerosa de la eficacia de defensa antiaérea ucraniana.
Los ucranianos se han concentrado en atacar objetivos de las infraestructuras como puentes y almacenes de material, lo que está limitando las capacidades de los rusos para reforzar sus tropas. Es lo que ha sucedido en Jersón, donde los puentes sobre el Dniéper están prácticamente destruidos, de manera que las fuerzas rusas no pueden ser ni reforzadas ni abastecidas. Según fuentes británicas, parece que las fuerzas ucranianas han avanzado en dirección a la ciudad. Mientras no recuperen Jersón, Odesa no estará verdaderamente a salvo
Putin aumenta su apoyo en Rusia hasta el 81 %, según la agencia de opinión rusa. Dada la política de Moscú, todas las informaciones oficiales hay que considerarlas falsas e incluso malintencionadas.
(5 de septiembre, lunes)
Las fuerzas ucranianas han recuperado dos localidades en distintos frentes. Una, en la zona de Jersón, y otra en el Donetsk. Parece que la táctica ucraniana de bombardear objetivos logísticos y vías de comunicación está teniendo éxito. Desde luego, no hay noticas de avances rusos desde hace semanas, ni siquiera en el Donbás, que no controlan del todo.
Zelenski además de anunciar el avance de las fuerzas ucranianas, de nuevo proclama que su objetivo es recuperar Crimea. O bien tiene una información relevante o está elevando el tono de manera exagerada, pues hoy por hoy es un objetivo inalcanzable.
(6 de septiembre, martes)
La población de Jersón huye tras los continuos bombardeos. Es evidente que la ofensiva ucraniana continúa en marcha y parece que con cierta fuerza.
Hay noticas difusas acerca de un contraataque ucraniano en Járkov, donde han destruido un depósito de misiles empleados por los rusos contra la ciudad.
Continúan implacables los atentados contra los colaboradores con las autoridades rusas en los territorios ocupados. Hoy el gobernador de Berdiansk ha sufrido un atentado y se encuentra en estado grave.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica insiste en la necesidad de crear una zona de seguridad alrededor de Zaporiyia. Es la primera vez que una guerra afecta a una central nuclear y asombra el descuido y la inconsciencia con que se comportan ambos bandos.
Según circula por ahí, Rusia es Alto Volta con misiles. Un país escogido y una denominación que da idea de la edad del autor de la ocurrencia, pero conviene no minimizar lo que eso supone.
Un video clip de Gazprom emitido en la televisión rusa muestra un panorama de ciudades europeas nevadas, vacías y oscuras, sometidas a un aire helador mientras una cantante repite «ya llega el invierno y será un largo invierno». Lo peor es que a lo mejor tienen algo de razón, pero suena a amenaza más que a realidad.
(7 de septiembre, miércoles)
La llegada del otoño, que anuncia el invierno, acelera las operaciones. En el Donbás las líneas están fijadas, aunque hay ataques y contraataques que hablan de un equilibrio de fuerzas. El secreto está en la ofensiva sobre Jersón. La sensación es que las fuerzas ucranianas no tienen capacidad para avanzar, aunque los rusos estén casi copados. Sin embargo, el ISW afirma que es innegable que se registran avances ucranianos. En cuestión de semanas se tienen que resolver las operaciones pues el mal tiempo dificultará todos los movimientos.
Las noticias que llegan por primera vez hablan de avances ucranianos en tres líneas hacia Jersón, al tiempo que se confirma una ofensiva en Izium, en el sector de Járkov, que estaría casi desguarnecido de fuerzas rusas, retiradas hacia el sur a causa de la ofensiva ucraniana. Un nuevo frente para Moscú que tiene que buscar tropas para hacer frente al ataque ucraniano. Si retiran fuerzas de Jersón, facilitaran el avance de las tropas de Kiev en este frente, que es sin duda el objetivo principal de la estrategia ucraniana. Parece que en los próximos días puede haber acontecimientos.
Liz Truss, la nueva primera ministra de Gran Bretaña sustituta del muy favorable a Kiev, Boris Johnson, parece que mantendrá la misma política de apoyo a Ucrania
(8 de septiembre, jueves)
Optimista declaración de Kiev en la que afirma el avance y el éxito de sus ofensivas en los frentes del Este, en la zona de Járkov, donde han sido importantes, y en el Sur, hacia Mikolayiv y Jersón. Parece que las declaraciones han sido recibidas con cierto escepticismo. Las noticas hablan de grandes pérdidas sufridas por las tropas ucranianas en estas operaciones. Sin embargo, parece que es mucho peor la situación de las fuerzas rusas, pues las bajas sufridas no las puede reponer mediante el voluntariado, el único método para reclutar soldados si no se declara el estado de guerra que permitiría la consiguiente movilización general, algo que Vladimir Putin no contempla. Además, la táctica ucraniana de golpear almacenes de municiones y vías de comunicación está teniendo mucho éxito.
Estados Unidos ha comunicado un nuevo envío de armamento a Ucrania. Coincide con una visita sorpresa del Secretario de Estado, Anthony Blinken a Kiev.
Las noticas de las deportaciones de población ucraniana llevada a cabo por los rusos en los territorios ocupados para facilitar su anexión, son reveladoras de la actitud de Moscú. Se habla de más de un millón y medio de ucranianos reticentes ante la presencia rusa.
Aunque ciertamente no hacía falta, Ucrania reconoce haber realizado ataques aéreos en Crimea el mes pasado.
Turquía y Erdogan cultivan la equidistancia entre Rusia y Europa.
Ha muerto la reina Isabel II tras setenta años de reinado. Gran Bretaña, que no está sobrada de referentes, ha perdido al elemento que le proporcionaba unidad.
(9 de septiembre, viernes)
Estados Unidos reconoce lo que afirma Kiev: avances en el frente de Járkov y en el Sur, en el sector de Jersón. El Secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin, los califica de «alentadores», lo cual es mucho decir. Rusia también reconoce el avance ucraniano. ¿Tendrá Kiev capacidad para mantener las dos ofensivas y explotar el éxito en ambos sectores? Los próximos días son decisivos.
Según el gobierno de Kiev, Ucrania ha perdido casi la mitad de su industria metalúrgica a causa de la invasión rusa. Su reconstrucción enriquecerá a las compañías occidentales.
(10 de septiembre, sábado)
Se confirma el avance ucraniano hasta el extremo de que cabe hablar de una derrota rusa y de una victoria ucraniana. Las tropas de Kiev han recuperado terreno en el sector de Járkov, donde no se esperaba esta operación ucraniana. Se diría que el ataque el sector de Jersón, donde también los rusos están sufriendo reveses, ha sido de diversión, siendo el principal la ofensiva en Járkov. Es inevitable recordar el protagonismo de la ciudad en 1942 y 1943.
En Madrid, el verano sigue implacable. Es como una maldición bíblica: sequía y calor. En la concentración habitual ante la embajada rusa. un cartel destaca entre banderas flores y pancartas: «Donde llega Rusia hay lágrimas y muerte». Parecen ecos de la propaganda blanca, pero hay que reconocer que en estos meses es una afirmación innegable.