Por la isla suprema del poeta. Vida y leyenda de Leopoldo María Panero
Leopoldo estaba con una psicopatología fortísima. “No pone de su parte para curarse y no se adapta a ningún tipo de terapia. Se está autodestruyendo. Ha asumido su rol de loco. Parece que tiene intención de instalarse en algún hospital madrileño y utilizarlo como hotel”, le explica el doctor a Luis Arencibia
Los últimos días de Roger Federer
Nietzsche, con esa intuición que te cambia la vida de que la seriedad es señal inequívoca de una mente obtusa, seguramente se habría enamorado de Eve Babitz, quien saludaba con burlas las “sandeces” dionisíacas soltadas por su antiguo amante Jim Morrison
El futuro también se juega en Transnistria, córner abiertamente prorruso de Europa
Visitar Transnistria es mucho más fácil de lo que parece de lejos; lo imposible es irse de allí sin haber oído nada del Sheriff. Quien más reniegue del fútbol se dará de bruces con su nombre por aquí y por allá. El Sheriff es el propio Victor Gushan, no el más conocido exagente de la KGB, pero sí uno entre ellos
António Egas Moniz. El doctor que curaba la tristeza perforando cráneos
Un médico hundía un instrumento parecido a un picahielos junto al ojo de un paciente hasta llegar al cerebro para destruir los nervios del lóbulo frontal, la parte donde están la capacidad de razonar y parte del lenguaje y de las emociones. Si todo salía bien, el paciente saldría hecho un un idiota dócil