Después de mucho tiempo olvidado, el cosmismo ruso, a pesar de sus especulaciones radicalmente utópicas, está cada vez más presente en el discurso artístico e intelectual contemporáneo. Boris Groys le dedicó en 2018 un espléndido libro, publicado hace un par de años en castellano por Caja Negra, donde recopila un buen puñado de textos fundacionales del movimiento. Surgido a principios del siglo XX en Rusia, el cosmismo reivindicaba la inmortalidad y la resurrección de los muertos convirtiéndolos en piezas de museo, al menos hasta que la ciencia y la tecnología pudieran conseguirlas biológicamente; cuando esto ocurriera los humanos estarían listos para expandirse por el universo y convertir la revolución comunista en interplanetaria. El movimiento, de fuerte carácter cosmopolita –en el sentido más literal de la palabra– y muy heterogéneo, estaba integrado, como cuenta Groys, por anarquistas radicales, activistas revolucionarios, poetas afines a lo oculto, filósofos, novelistas utópicos, científicos y pioneros de la astronáutica. El artista Anton Vidokle, junto al Instituto del Cosmos, que él mismo dirige, presenta en el Sirius Arts Center de Cobh, en el condado irlandés de Cork, hasta el 28 de octubre, una exposición y un programa público de eventos que, a través de las ideas cosmistas, explora la contemporaneidad de temas como la biopolítica, la inmortalidad, la museología, la revolución, la interplanetariedad o la nutrición.
Dónde: Sirius Art Center, Cobh, Condado de Cork, Irlanda
Cuándo: Hasta el 28 de octubre
