
Nunca me he sentido en condiciones de dar lecciones a nadie. No me considero especialista en nada. La vida me ha arrastrado muchas veces por donde ella ha querido y yo, simplemente, me he dejado llevar. En aquellas ocasiones en las que me ha colocado en una encrucijada, en las que yo he tenido que elegir, dar un paso, he afinado el olfato y me he conducido de acuerdo con los dictados de mi instinto, que no de mi conciencia. Los que me conocen y me han tratado durante los últimos veintipico años en el ámbito laboral dicen que soy un superviviente; algunos incluso me llaman «el corcho», porque por más que me han intentado hundir, y me han hundido, siempre vuelvo a salir a flote. Dicho lo cual me atrevo a escribir estas breves palabras, en forma de buenos consejos o claves de supervivencia, por si a alguien le pueden resultar de utilidad.
Entra siempre en la oficina mirando al frente y esbozando una sonrisa, aunque por dentro te estés cagando en la puta madre de todo dios. Es lo que se conoce como «aspecto de supermotivado».
No te creas la hostia cuando las cosas te salgan bien; no te vengas abajo cuando lleguen mal dadas. Si esto te ocurriera y no te puedes levantar, búscate una buena puta, créeme, eso ayuda mucho. Si ese no es tu estilo, juega al fútbol, pasea, lee, escucha música, cualquier cosa que te ayude a no perder el sueño. Eso es fundamental. Valen las pajas, pero sin pasarse. Si van más de cuatro a la semana, en ese caso, mejor la puta. Siempre desgasta menos porque descansa la mente y no tienes que montarte tú solo la historia.
Nunca te niegues a nada que te pidan tus jefes, siempre que no vaya contra la ley y sean cosas estrictamente laborales. Si lo haces te putearán hasta que te revienten los riñones.
Nunca te presentes voluntario a nada. Si lo haces, te putearán tus compañeros: «mira ese mamón, pelota, trepa de mierda». Y, tarde o temprano, acabarás dando un mal paso y cayendo.
No chupes pollas. Eso está bien para echar unas risas, pero a la larga te acaban metiendo la polla por el culo.
Sitúate bien en el entorno. Analiza con claridad quién es la PDR (Polla De Referencia) o Macho Alfa, aquel que manda en realidad, no el que parece que manda, que muchas veces es un auténtico cretino, pringao y perdedor. Nunca hagas comentarios negativos de él, habla siempre bien de él y sólo si te preguntan (no seas baboso). Manténlo, además, a una distancia prudencial.
No hables nunca si no te preguntan. Y si te preguntan no digas nada que no sepas a ciencia cierta, que no tengas absolutamente contrastado. No patines. Es muy probable que sólo te pregunten una vez, si la cagas, estás jodido.
Recuerda, los jefes puteros, bebedores y folladores suelene ser mejores personas que aquellos que sólo piensan en el dinero y en el poder. Aléjate de estos últimos, no traen nada bueno.
En la medida de lo posible, sé honesto, pero no tanto como para poner en riesgo el pan de tus hijos. Esto sí es sagrado y lo demás son pamplinas.
Cuidado con los grupitos de poder, los «lobbies», son una maravilla cuando tienen el poder, cuando lo pierden te cae toda la mierda encima. Sé que es muy duro no tener pandilla, andar por libre, pero a la larga se sobrevive mejor así. Nunca estarás entre los elegidos pero vivirás lo suficiente para verlos desfilar (a estos mismos elegidos) por delante de ti y rumbo a la puta calle.
Y ¡por Dios!, lo MÁS IMPORTANTE de todo. Recuerda que esto es una guerra de nervios y el que se pone nervioso, pierde.