
Julia y yo caminábamos hacia la cafetería del Teatro Español. Ella llevaba ya media hora diciéndome que me alejara, pero no lo había conseguido. Además, yo sabía que iba a entrevistar a alguien, y cuando va a entrevistar a alguien, intento no separarme. Ella dice que soy un avestruz muy pesada. Antes de entrar en la cafetería tuvimos la siguiente conversación:
MANOLI.- ¿Bueno?
JULIA.- No, ‘Bueno’ no.
MANOLI.- Entonces, ¿cómo?
JULIA.- Buero.
MANOLI.- ¿Qué?
JULIA.- Buero.
MANOLI.- ¿Y eso qué es?
JULIA.- Su apellido. Buero Vallejo.
MANOLI.- Ni idea.
JULIA.- ¿Nunca has leído Historia de una escalera?
MANOLI.- No sé leer.
JULIA.- Pues qué pena, de verdad… Encima de idiota, no sabe leer…
MANOLI.- ¿Qué es Historia de una escalera?
JULIA.- Una obra de Antonio Buero Vallejo que está en la sala grande del Teatro Español.
MANOLI.- No conozco Historia de una escalera, pero te puedo contar la historia de la granja donde yo me he criado en Portugal. Si quieres, la puedes escribir, la puedes llamar Historia de una granja, y luego me das parte de los derechos…
JULIA.- Ya estamos llegando. ¿Me vas a dejar hoy hacer la entrevista tranquila?
MANOLI.- ¿A quién vas a entrevistar?
JULIA.- ¿Otra vez? Te lo he dicho hace ya media hora. A Marlene Michaelis, directora de Mesa revuelta, el montaje que estará en el Salón de los Balcones del Teatro Español en paralelo a Historia de una escalera que está en la sala grande.
MANOLI.- ¿Me llevas al estreno de ambas?
JULIA.- Solo tengo una invitación para cada estreno.
MANOLI.- Pues me parece fatal que no me lleves.
Llegamos al Teatro Español. Entramos en la cafetería. Una señora con un sombrero espantoso de color verde que tomaba un coñac (lo tomaba ella, no su sombrero) dijo que no se permitía la entrada a avestruces, y yo le dije que eso no estaba escrito en ningún sitio, que su sombrero era mucho más feo que ver a un avestruz en un bar, y que allí me iba a quedar hasta que me diera la gana. Ella se indignó tanto con mi respuesta que se tomó de un trago su coñac y pidió otro. ‘Doble’, le dijo al camarero.
Julia saludó a Marlene, y le dijo que yo era su becaria. Bueno, ya había pasado de pesada idiota e inculta a becaria, ¡qué bien! Me puse muy contenta. Me dejó sentarme al lado de ellas en una mesa, pero me dijo que no abriera la boca. Los tres intérpretes de la obra se sentaron en la mesa de al lado. Julia encendió su grabadora y empezó a hacer las preguntas a Marlene.
JULIA.- ¿De qué trata Mesa revuelta?
MARLENE.- Mesa revuelta es un homenaje a Antonio Buero Vallejo y es un collage de ideas, pensamientos, expresiones artísticas y situaciones de su vida. No es una obra con un inicio, desarrollo y desenlace, sino que tiene como hilo conductor una carta de contenido filosófico sobre el teatro, el realismo y el público (así es como se titula esa carta). A la hora de poner esa carta en pie, hemos llevado Mesa revuelta a un escenario revuelto que nos permite enfrentarnos de forma lúdica a estas cuestiones. Creo que esta propuesta nos hace ver lo universal y atemporal que son las ideas de Antonio Buero Vallejo.
JULIA.- ¿Qué pensaste cuando te hicieron este encargo?
MARLENE.- Pues fue increíble, no tuve palabras ante la posibilidad de representar un trabajo mío en el Teatro Español, siendo además una creadora emergente… Fue como si me tocara la lotería. Y luego me leí la carta y pensé ‘oh, Dios, ¿cómo monto esto?’ En la reunión, Eduardo Vasco me había dicho ‘a ver qué se te ocurre’, y dije ‘venga, vale’. Antonio Buero Vallejo es quizás el dramaturgo más importante de la segunda mitad del siglo XX, y yo pensé ‘voy a hacer algo teatral, aunque sea una carta y sea un teatro más discursivo’. Entonces les propuse una dramaturgia collage, a la que Carlos Buero, que es el hijo de Antonio Buero Vallejo, me dio el visto bueno. Y a partir de ahí arrancamos.
MANOLI.- ¿Le puedo pedir una invitación a Carlos Buero?
MARLENE.- ¿Cómo?
MANOLI.- Verás, es que yo vivo en un supermercado lleno de murciélagos que se cuelan en los tetros porque son pequeños y ligeros, y yo no me puedo colar porque se me ve demasiado, y para pagar las entradas me toca vender los huevos que pongo cada dos días, porque yo pongo unos huevos muy gordos, ya que, como ves, soy un avestruz muy guapa, pero el dinero que gano no me da para comprar entradas para todo lo que quiero ver, y…
JULIA.- ¿No me habías prometido quedarte calladita?
MARLENE.- Manoli, no hace falta que le pidas invitación al hijo de Buero, al menos para mi obra, yo te dejo una invitación para el estreno de Mesa revuelta, ¡serás mi primera espectadora avestruz! ¡Menudo honor!
MANOLI.- ¡Gracias! ¡Lo mismo digo! ¿Ves, Julia, cómo me ha venido bien hablar?
JULIA.- Manoli, Marlene, si os parece, vamos a seguir con la entrevista… ¿Cómo abordaste el trabajo. Marlene?
MARLENE.- Cuando estaba haciendo la dramaturgia tenía la mesa llena de papeles (de ahí nace el título) para empaparme de Buero Vallejo, y entonces, una vez que había leído bastante material, seguí analizando la carta para introducirlo de forma coherente y hacer el collage. Cuando terminé el texto dije, ‘¿para cuántos actores es esto?’ Y lo consulté con mi persona de confianza, Jamil Sumiri, que también hace el vestuario y la escenografía, y así surgió el número tres. Para también mí era importante, para universalizar la persona de Buero Vallejo (ya que quería que los tres hicieran de Buero Vallejo), que hubiese una mujer, y estoy muy contenta de que María Ordóñez haya aceptado participar, junto a Marcelo Carvajal y a Víctor Sainz.
En ese momento me di cuenta de que los tres que Marlene acababa de nombrar miraron de reojo a nuestra mesa, desde la mesa de al lado…
JULIA.- ¿Cómo han sido los ensayos?
MARLENE.- Ha sido todo muy divertido y creo que hemos conseguido encontrar un disfrute real poniendo en pie pensamientos tan inteligentes y tan bien escritos. En la carta hemos encontrado algo muy divertido para su interpretación escénica. Por ejemplo, había un momento en que dije ‘bueno, aquí me imagino algo como los filósofos peripatéticos, que van caminando y hablando’, y cuando lo propuse, Víctor Sainz, que lleva el peso de la carta, me dijo, ‘vale, pero, ¿y si le damos así otro ritmo?’ y se puso a andar bailando… Esa ha sido la dinámica, pasarnos la pelota e ir poco a poco y en común encontrando la forma, desde una idea intelectual, para luego llevarlo al cuerpo y de ese cuerpo ir poco a poco abstrayéndolo y encontrar unos mecanismos que nos funcionaran para divertirnos, contando lo que nos tiene que decir Buero. Para mí, trabajar así es un disfrute. Ha sido muy bonito, la verdad.
Mesa revuelta– foto de Luz Soria
JULIA.- Si te pudieras ir de cañas esta misma semana con Buero Vallejo, ¿qué le preguntarías?
MARLENE.- (Ríe.) ¡Pobrecito! ¡Creo que no lo soltaría! No sé si a él le apetecería hablar tanto rato conmigo y contarme todas las cosas que le preguntaría… En todo caso, le preguntaría si se identifica con Mesa revuelta, si le hemos pillado el punto… Espero que no se esté revolviendo en su tumba, me daría mucha lástima… Hay una cosa que me parece fascinante y que me gustaría que me contara: cómo fue su proceso de entrar en la cárcel como pintor durante la Guerra Civil y salir como dramaturgo. Porque, claro, no es solamente convertirse en dramaturgo y que se te ocurran las historias, sino tener la capacidad de dar a esas historias las palabras y la forma que él ha sabido darles.
En ese momento uno de los intérpretes, de la mesa de al lado, que resultó llamarse Marcelo Carvajal, que estaba escuchando (igual que los otros dos) lo que sucedía en nuestra mesa, respondió también a la pregunta…
MARCELO.- ¡Pues yo tengo una gran duda! Yo le preguntaría a don Antonio Buero Vallejo cómo se arregla el bigote. ¡Es que su bigote me parece un gran enigma!
Y ya que la cosa iba de preguntas, yo les pregunté a ellos tres.
MANOLI.- ¿Estábais escuchándonos?
LOS TRES.- ¿Nosotros?
MANOLI.- ¿Ves, Julia, como no es tan raro que te escuchen desde la mesa de al lado? Lo digo porque otras veces que te he seguido a tus entrevistas, te has enfadado mucho cuando yo os he escuchado… ¿Con estos no te enfadas?
Julia intentó escurrir el bulto, es decir, no me contestó y empezó a hablar de no sé qué cosas de la universalidad de ciertos autores como Buero Vallejo, que yo no entendía nada, porque de Buero Vallejo no sabía nada, y entonces le pregunté a Marlene.
MANOLI.- Marlene, ¿vendrá Buero al estreno? ¿Me lo presentarás? ¿Me podré hacer una foto con él?
Ahí Marlene me miró, pero no dijo nada. Julia siguió con lo suyo, que si los autores universales siempre están dentro de nosotros, o no sé qué cursilada que yo no entendí. ¿Cómo voy a tener yo un autor universal dentro? Qué cosas más raras dice el ser humano.
Manoli, el avestruz
Mesa revuelta
A partir de textos de obras de: Antonio Buero Vallejo
Dramaturgia y dirección: Marlene Michaelis
Reparto: Marcelo Carvajal, María Ordóñez y Víctor Sainz
Escenografía y vestuario: Jamil Sumiri
Iluminación: Beatriz Toledano
Espacio sonoro: Creación colectiva
Ayudante de dirección: Carmen Peña
Producción de Frutos Teatrales
Del 6 al 16 de febrero en el Salón de los Balcones del Teatro Español