Querido Moncho,
Llevo unas semanas rumiando algo que no puedo digerir. Se ha vuelto frecuente escuchar a mis compatriotas mexicanos diciendo cosas como “pobre España, ya viste lo último que les pasó”…, ”el otro día conocí un español que acaba de llegar, me contó lo mal que la están pasando”.
Detesto este tipo de expresiones. No me gustaba escucharlas de los españoles en aquellos años en donde las cosas iban estupendamente por allá y relativamente mal por acá. Para ser sincero, no me quedaba clara la diferencia entre el interés genuino por los problemas y la fijación morbosa en el mal ajeno.
Las detesto porque me parecen arrogantes. Al que le va bien, lo ataca una forma de soberbia que tiene mucho de nuevoriquismo. Olvida sus miserias pasadas y se acerca a los problemas de otros con un aire de superioridad insufrible. Al que le va mal, le cambia hasta la forma de caminar. Casi nunca le queda una reserva de asertividad para poner un alto a la farsa.
Los ciclos económicos producen bipolaridad. Cuando hay crecimiento, se produce una expansión de la autoestima que va de lo macro a lo micro y viceversa. La llegada de una depresión económica produce el movimiento contrario. La autoestima se esconde en lo más profundo del alma o la corteza cerebral. La depresión tiene permiso para ir de la casa a la plaza y de regreso.
El diálogo entre el nuevo rico y el nuevo pobre es complicado. Lo saben de sobra aquellos que han vivido ese tipo de transiciones en sus familias. El diálogo es, quizá, más difícil, cuando la vida pone frente a frente a parientes lejanos, como es el caso de mexicanos y españoles. El hablar el mismo idioma nos produce la ilusión de que conocemos mucho más al otro de lo que en realidad lo conocemos.
Es complicado porque es impermeable a razones, cuando menos a aquellas que vienen en forma de datos estadísticos. Ni el nuevo rico es tan rico, ni el nuevo pobre es tan pobre. El Producto nacional de México es 20% mayor, si tomamos como referencia la Paridad del Poder Adquisitivo, pero España tiene casi el doble de PIB per capita que México, 30,400 dólares frente a 15,300. El número de pobres en España está cerca de los 8 millones. En México es siete veces mayor. Te escribo Moncho, porque me duele lo que le pasa a España, pero no siento lástima por los españoles. Es una cuestión de respeto, memoria y sentido común.
L. M. G.